—Vamos a ver, ah... dime tres colores que sean tus favoritos
Una risa sale de los labios de Jeon JungKook mientras se acomoda en el sillón de la sala del departamento.
Eran las 10 de la noche y habían terminado de cenar hacía una hora; luego de pasar toda la mañana juntos y de asistir a clases por la tarde, TaeHyung y JungKook tomaron el autobús de regreso al apartamento y siguieron conversando desde entonces, como si no hubiera más días para conocerse.
—Sé que intentas hacer plática Kim, pero creo que sabes la respuesta a eso —JungKook señala el conjunto de su ropa con obviedad—. Al parecer tienes una adoración por el negro
—Sí, es verdad —responde TaeHyung con diversión, mirando a JungKook desde el sofá frente a él—. Pero vamos, después de este tiempo seguramente has descubierto que te atraen otros colores, o que tal vez odias el negro
Jeon JungKook piensa por un momento y asiente con una enorme sonrisa.
—No te culpo por odiar el negro, de igual forma me encanta; el verde es otro de mis colores favoritos, no un verde prado o esmeralda, sino un verde oscuro y opaco. Y el blanco, me encanta cómo se ve el blanco
Una sonrisa divertida se dibuja en el rostro de Kim TaeHyung, JungKook frunce su ceño confundido al ver que el castaño quería reír de algo que él no había encontrado razón. En pocos segundos comprende lo que sucede cuando observa el color de la vestimenta en el más alto.
—No, por favor, no pienses que lo dije por eso —ríe el de cabellos plata, rodando los ojos ante la sonrisa del castaño—. Me gusta el blanco porque, no lo sé, siento que hay más luz en ese color que en cualquier otro
—No puedo decirte que es mentira —asiente TaeHyung, dejando su burla—. El blanco es tan... puro, luminoso y tranquilizante
TaeHyung mira la hora en el reloj de pared (uno que seguramente era de Jeon JungKook al tener una imagen de un anime) y se da cuenta de lo tarde que se estaba haciendo para ir a dormir. Pero no quería dejar de platicar con JungKook. Él quería seguir escuchando al peligris por más tiempo.
—¿Por qué tu apellido es Jeon? —cuestiona el castaño con verdadera curiosidad
—Además de la obvia razón de que mi apellido no fuera exactamente igual al del verdadero JungKook, bueno... era el único apellido disponible para los JungKook en los libros de magia
TaeHyung no puede evitar soltar carcajadas ante la broma y la risa de Jeon JungKook. Tal vez, sólo tal vez, la estruendosa risa del más alto era demasiada extraña para un chiste que, aunque realmente había sido gracioso, tampoco ameritaba que Kim TaeHyung casi se ahogara entre sus carcajadas. A pesar de eso, JungKook también reía, contagiado por su acompañante.
Las risas cesan minutos después y lo único que va quedando es la mirada fija que se mantienen uno encima del otro. El sonido del segundero avanzando es lo único que se logra oír al mismo tiempo en que Kim TaeHyung siente su corazón latir un poco más rápido de lo usual ante la mirada dulce y tierna que JungKook le dedica.
—Creo que debemos ir a dormir ahora, Kim
Jeon JungKook es quien corta aquel momento al suspirar y murmurar aquella frase mientras desvía su mirada avergonzada a los vasos en la mesa de centro. TaeHyung parpadea un par de veces saliendo de sus pensamientos y sonríe al asentir, suspirando también.
—Mañana podemos ir juntos al campus si así lo deseas —murmura TaeHyung, levantándose del sofá
—Me parece una muy buena idea
Luego de dejar los trastos en la cocina, ambos caminan por el pasillo del departamento que lleva a las dos habitaciones y van en completo silencio. Ninguno dice ni una palabra a pesar de que los dos quieren decir tantas cosas en ese momento.
La habitación para huéspedes estaba al lado izquierdo de la principal en donde dormía TaeHyung. El castaño sabía que, antes del primer día en que todo cambió, Jeon JungKook dormía con el otro él en la misma habitación, pues la ropa del más chico estaba en el armario, y sus artículos de limpieza personal apenas habían sido movidos del baño.
—Bueno, te veré entonces en la mañana para ir al campus —murmura JungKook, deteniendo su paso frente a la puerta de la habitación de la izquierda
—Sí, nos veremos, ésta vez haré el desayuno para ambos
—Eso suena realmente bien —sonríe el de cabellos plateados, asintiendo—. Hasta mañana Kim
JungKook se da la vuelta y toma la perilla de la puerta para abrirla, entra a la habitación con la intención de cerrarla hasta que la voz de Kim TaeHyung lo detiene.
—No... no te pregunté si has estado bien en esa habitación
JungKook mira con sorpresa el rostro del castaño, quien ha desviado la mirada con vergüenza, y espera por unos segundos mientras piensa en lo que ha dicho TaeHyung.
—Uh, sí, he estado bien —responde con una sonrisa simple—. Realmente es muy cómoda esa habitación, y agradezco que tenga su propio baño también
Las risas de JungKook se escuchan por lo bajo mientras el silencio invade el resto del lugar, la mirada del peligris se vuelve confusa al observar la seriedad en el rostro del más alto; TaeHyung no decía, ni hacía nada.
—De acuerdo, te agradezco la preocupación Kim, ahora iré a dormir
El chico de cabellos plata mira por última vez la manera en la que Kim TaeHyung se mantiene inmóvil en su lugar, cierra la puerta lentamente, esperando que algo fuese a suceder antes de cerrarla por completo.
Pero nada. Jeon JungKook se siente decepcionado al cerrar la puerta y saber que, sus propias ilusiones, le hicieron creer que el castaño diría o haría algo antes de aquel momento.Mira la habitación y sonríe al recordar cuando compartía la misma con el chico detrás de la puerta. Platicaban, jugaban, leían y dormían como dos personas que han compartido todo en sus vidas. Y ya no era así; todo lo que él sí había vivido junto a un Kim TaeHyung que lo amaba hace unos meses había desaparecido de la noche a la mañana.
No pudo evitar odiar una vez más aquel maldito libro que lo trajo a la vida. Quizás una parte de él estaba feliz de vivir y conocer, pero aquella parte de él que amaba demasiado al castaño le era muy molesta.
Por otra parte, Kim TaeHyung seguía de pie detrás de la puerta que había cerrado Jeon JungKook hace unos minutos. Seguía ahí, preguntándose el por qué no había dicho nada más. Algo, cualquier cosa; habría querido decir o hacer más para detener la puerta que se cerraba frente a sus ojos, pero lo no hizo.
Además, ¿por qué habría de detenerlo?
Es decir, no tenía una razón para hacer que JungKook no cerrara la puerta o se quedara más tiempo junto a él. Porque sí, haber pensado que podría pedirle quedarse con él en la misma habitación sonaba muy insinuante y... solamente lo haría alguien que está interesado en la otra persona.
Era una locura realmente. Kim TaeHyung soltó una risa casi inaudible al tener aquel pensamiento de él durmiendo junto a Jeon JungKook, no podía ser correcto pensar aquello si ni siquiera estaba interesado en el peligris de una manera diferente a la de un amigo. Y aun así, sacudió su cabeza cuando pensó en el chico de hermosa sonrisa frente a él, durmiendo a su lado tranquilamente.
—Estoy confundido... sólo, estoy confundido
TaeHyung se susurró para sí mismo mientras se alejaba de la puerta para caminar hasta la habitación principal. Cierra la puerta tras él cuando ingresa y mira la enorme habitación con melancolía.
¿Por qué se sentía tan vacío al estar apartado de Jeon JungKook?
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Mitos y leyendas. [ TaeKook ]
Fanfiction《 Cuenta la leyenda que existe un libro en la biblioteca más grande de Seúl; libro cuyo misterio recae en que nadie lo puede encontrar. Se dice que si el libro llega a ti, tendrás el poder de hacer realidad la ficción, pero nadie ha tenido éxito al...