Los segundos y los minutos seguían transcurriendo con tormentosa lentitud. Las personas entraban y salían de aquel restaurante mientras él seguía sentado en la misma mesa, dando vueltas con las mismas palabras que le dedicaba al mesero.
—Seguiré esperando... solo un poco más, por favor
Ignora aquella lástima y vergüenza en la mirada que le dedica aquel hombre al asentir ante su petición. Vuelve a mirar la hora en su reloj; había transcurrido ya más de una hora y media, y Kim TaeHyung no aparecía.
Jeon JungKook mira hacia la avenida y suspira con dolor y enojo. Su estómago duele, aunque no sabe distinguir si es a causa del hambre, o de la preocupación que lo aqueja. Ya había dejado unos 50 mensajes de texto en el chat de TaeHyung, ninguno había recibido respuesta. Algunos de los comensales lo observaban, como si supieran que llevaba plantado demasiado tiempo en aquella cena.
—Es suficiente
JungKook murmura con pesadez mientras llama al mesero. Para su fortuna, esos seis vasos de agua que había solicitado no serían cobrados. Jeon JungKook tomó su teléfono celular y se levantó rápidamente para salir de aquel asfixiante lugar, recorrió con vergüenza toda aquella habitación hasta llegar a la entrada del lujoso restaurante.
—Gracias por su visita, vuelva pronto
Una simple venia fue lo que hizo sin siquiera mirar la sonrisa, cortés, de la recepcionista al despedirlo. Las puertas se abrieron gracias a los mismos dos hombres que lo recibieron hacía casi dos horas; pensó que ellos habían de estar más exhaustos y molestos que él.
No quería regresar al departamento, no quería saber nada de Kim TaeHyung y de lo que sea que diera como excusa para haberlo dejado plantado, sobre todo cuando aquello había sido plan del castaño. Deambuló un poco por aquel bulevar, su cuerpo se tensó ante las corrientes de aire frío que golpeaban contra su piel con crueldad, miró el piso de aquella alameda mientras mordía su labio inferior.
¿Por qué lo había dejado plantado sin decir nada?
Su cabeza dolía de tan solo pensar en miles de posibles situaciones que sucederían.
¿Y si le había pasado algo?
De pronto la rabia en su interior se transformó en miedo. Con el dolor de sus músculos tensos tomó velozmente su teléfono celular y buscó el número del castaño; sin pensarlo de más comenzó a llamar para poder quitarse aquella angustia que lo invadía.
Un tono, dos tonos, tres tonos. No había respuesta inmediata y eso lo preocupó más. Su respiración se agitó al grado de sentir que no podía respirar bien sin sentir asfixia. Un ligero jadeo comenzó a salir de sus labios mientras levantaba la mirada y observaba a lo lejos las luces rojas. El terror lo invadió por completo, sus ojos se humedecieron y sus jadeos casi eran lamentos cuando la llamada se desvió al buzón.
—¡Contesta! Por favor... —suplicó mientras marcaba nuevamente al número de TaeHyung con sus manos temblorosas
JungKook trató de respirar para calmar su pánico, dejaba salir aire que se convertía en vapor y temblaba con violencia ante el miedo y el frío. Nuevamente la llamada se desvió, esta vez, indicando que el dispositivo de aquel número seguramente se encontraba apagado.
—TaeHyung... ¿dónde estás?
—¡Jeon!
JungKook dejó de respirar al sentir que su corazón se detuvo. Bajó el teléfono en su mano y giró con rapidez al escuchar aquella voz familiar detrás de él.
A unos cuantos metros de donde se encontraba paralizado estaba Kim TaeHyung; el castaño jadeaba y corría para lograr alcanzarlo. JungKook abrió sus ojos con desconcierto al observar que Kim TaeHyung se encontraba, aparentemente, bien. TaeHyung corrió hasta colocarse lo más cerca del pelinegro; tomó bocanadas de aire al haber recorrido un largo camino para encontrar al pelinegro.
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Mitos y leyendas. [ TaeKook ]
Fanfiction《 Cuenta la leyenda que existe un libro en la biblioteca más grande de Seúl; libro cuyo misterio recae en que nadie lo puede encontrar. Se dice que si el libro llega a ti, tendrás el poder de hacer realidad la ficción, pero nadie ha tenido éxito al...