• Capítulo 18.

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La mañana de aquel jueves era bastante agradable, la luz natural brillaba hermosamente sobre la ciudad y el clima fresco daba la sensación de relajación que JungKook necesitaba después de días tan pesados y agotadores. Tal vez él era producto de un libro mágico, pero el estrés de una vida real le había comenzado a pesar en el cuerpo, por eso, cerró los ojos mientras estaba sentado en una banca cerca de una explanada. Esperaba sentado a TaeHyung mientras éste compraba bebidas en la cafetería a unos metros del lugar.

El viento que rozaba sus mejillas se sentía como una caricia que le hizo sonreír para luego abrir los ojos y observar las calles casi desoladas. Eran apenas las 6 de la mañana, no había muchas personas caminando a sus alrededores, y era muy agradable aquello.

—Parece que sacarte a esta hora no fue mala idea 

Jeon JungKook desvía su mirada de los edificios y observa con una enorme sonrisa a Kim TaeHyung; toma el vaso que le extiende y suelta aire con fuerza.

—Lo admito, ésta es una grandiosa idea, es mucho mejor que haberme quedado a dormir hasta las 11 de la mañana

—Que por cierto, no entiendo porqué las personas se levantan tan tarde 

Una risa sale de los labios de JungKook mientras observa el gesto de desagrado que hace el castaño al sentarse a su lado derecho en la banca, teniendo una vista privilegiada del parque nacional al otro lado de la avenida. 

—¿Por qué alguien se despertaría tan temprano cuando puede dormir? —cuestiona con burla el peligris, bebiendo su café

—Por todo esto, ¿acaso no lo ves? —TaeHyung suspira, mirando el cielo con tranquilidad—. Casi nadie mira el cielo, las personas están muy ocupadas trabajando o estudiando sin parar, o están ensimismados en sus mentes intentando resolver sus preocupaciones; casi nadie se detiene a observar el cielo por unos minutos, o a sentir el viento, o incluso no se dan cuenta de lo grandiosa que es la vida porque nadie se detiene a observar lo que tenemos frente a nosotros

La mirada de TaeHyung reflejaba una profunda melancolía; él tenía problemas, él estaba constantemente con dolor en su alma, y a pesar de eso, JungKook nunca supo que Kim TaeHyung veía algo que muchas otras personas no veían: la belleza de las cosas, de la vida misma.

—¿Qué hay de ti? 

La pregunta y la mirada de Kim TaeHyung sobre él hicieron que JungKoon dejara su bebida a un lado y mirara al más alto con confusión. 

—¿Qué?

—¿Qué hay de ti JungKook? —pregunta nuevamente TaeHyung con calma, mirando sonriente al peligris—. ¿Qué es lo que piensas de la vida?

De pronto, otra risa espontánea sale de los labios de JungKook mientras cierra los ojos; una parte de él se siente avergonzada por burlarse de la pregunta de TaeHyung, pero no puede evitarlo. Simplemente, era obvio y ridículo hacerle esa interrogante.

—No querrás que en serio responda a la pregunta, ¿o sí?

TaeHyung sigue en calma, sin inmutarse, deja su bebida en la banca y toma la de JungKook para evitar cualquier distracción. La mirada atónita del peligris le da a entender que de verdad no sabe cómo responder a esa pregunta, por lo que TaeHyung respira y se acerca a él un poco, haciendo que tomé con seriedad el asunto.

—Sé que una parte de ti debe pensar que la vida es maravillosa porque estás conmigo, porque así lo desee yo

El rostro de JungKook se pinta de un ligero rosado mientras intenta desviar la mirada, pero no logra hacerlo cuando Kim TaeHyung toma una de sus manos sin previo aviso y sonríe con dulzura.

Mitos y leyendas.  [ TaeKook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora