18.

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Gojō estába más que harto.

Si le preguntarán cómo es que va su día lo más seguro es que respondería como la mierda.

Pero según eso era el "emperador" y debía de dar una buen ejemplo a todos sus seguidores.

Puesto que todo el día no terminaba de llevar más papeles y trabajo. Y sumando de que ahora tenían una potencial amenaza desconocida como vecino.

Desde antes del amanecer había comenzado su trabajo, pero a pesar de eso no llevaba ni siquiera una cuarta parte de todo lo que había acumulado.

Ser el monarca de una nación tan grande como lo era Kaisen no era para nada fácil como lo pintaba, puesto que al tener un gran extensión de territorio también traía consigo demasiadas demandas, sabía demasiado bien que su trabajó se aligeraria si tuviese un compañero con el cual compartir la responsabilidad, pero el se negaba no le cedería el puesto a nadie más que su omega.

Y debido a esa fuerte convicción que arraizaba en su corazón, le trajo demasiados problemas en el consejo, siempre era la misma historia...

"Debe de hacer perdurar su linaje"

"Debe de desposar a un omega de los nobles"

"Imaginé el escándalo que generará por no tener un compañero"

En más de una ocasión aclaro que no tomaría a ningún hijo de los nobles como su compañero y consorte, por más que le presionaran nunca cedería.

Su vista se distrajo de la gran pila de documentos para pasarla a el hermoso jardín que estaba del otro lado del ventanal, era cierto que el jardín era hermoso, pero aún si no era lo suficientemente para aligerar la carga en su corazón.

Siempre traía consigo una mirada neutra carente de emociones, ¿Que caso tenía sonreír?, Si no era para dirigirlas a quien más amaba.

Deslizó hacia atrás su asiento, y reclino el peso de su espalda hacia atrás dejando su cabeza con la mirada hacia arriba, de verdad que estaba muy cansado, quería simplemente desaparecer por un momento, olvidarse de la gran responsabilidad que cargaba en su hombros, que verdaderamente era demasiado pesada.

La breve paz que estaba pasando se esfumó al escuchar los pequeños golpes en la puerta, suspiro derrotado y bb vivió a tomar la compostura.

-Adelante.- La voz del alfa sonaba demasiado fría para cualquiera que lo conociera.

-Con su permiso Alfa.- Hablo Nanami.

-¿Que hay de novedades?.- Pregunto el albino.

-El escuadrón ya está completo y listo para sus órdenes.- Inclino su cabeza.

Inmediatamente el adulto albino se levantó del lugar, para comenzar a caminar al campo de entrenamiento dónde lo estarían esperando sus soldados.

-Bien... ¿Quien es líder a cargo?.- Los pasos firmes se escuchaban por los pasillos en dónde pasaba.

-Toji Fushiguro.- Dijo sin más.

Los pasos del albino se detuvieron en ese instante, sabía muy bien de quién se trataba, a pesar de que no nunca lo había visto cara a cara, corrían rumores a sus oídos de que era un hombre que siempre seguía al pie de la letra cada misión que se le encomendaba y no regresaba hasta cumplirla, de haber nacido en una familia noble estaba seguro que seria unos de los generales de sus ejércitos, si un hombre así estaría cargo, la misión que le encomendaba estaría en buenas manos.

Un Omega DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora