34.

3.3K 568 125
                                    

Poderosas bestias de guerra galopaban sin descanso alguno, atravesado la infernal tormenta de nieve que les arrancaría la vida apenas salieran de ella.

.

Correrían hasta que sus corazones dejaran de latir.

.

Los fuertes cascos de los caballos de guerra hacían temblar los caminos en dónde pasaban, ducha fuerza hacia sangrar las pezuñas de los pesados animales, quienes ahuyentaban a las personas de su camino por miedo de terminar entre las enormes patas del animal o a la mira de aterradores jinetes, la sangre en sus venas ardía en fuego por el calor de haber recorrido grandes distancias, sus músculos apunto de desgarrarse, las erráticas respiraciónes expulsaban gas caliente acompañado de sangre proveniente de sus pulmones.

Nada comparado con la desgarradora mirada en sus ojos, quienes lloraban sangre en la ausencia de agua en sus cuerpos, estaban cansados pero aún así...

Los harían correr hasta la muerte.

Al ser sometidos a correr una larga distancia sus fuertes corazones se detendrían apenas se detuvieran al llegar a su destino.

El cruel destino de los caballos de guerra...

Aquellos soldados de la "élite" de Kaisen se quejaban adoloridos en sus monturas, cansados al no poder darse el lujo de descansar correctamente, un completo suicidio si lo hacían, pero nada de ello se comparaba a la orgullo herido, eran los encargados de mantener el imperio en paz y ahora una bestia sedienta de sangre, amenazaba con destruir el continente.

Sus manos sangraban por aferrarse con fuerza a las riendas del enorme animal que agonizaba aún corriendo, pues sus vidas dependían de ello.

.

.

.

La mente de Toji trabajaba a velocidades nunca antes vistas, en su larga carrera militar había cometido ni un solo error y ahora habían comprometido la seguridad del imperio.

- ¡Maldición! .- La ira en la voz de aquel alfa era notoria.

Incluso los soldados se negaban a iniciar una conversación entre ellos con el miedo de hacerlo enojar más de lo que ya estaba y ser el desahogo de tan enorme furia de ese pelinegro.

En el mejor de los casos lo decapitarian y en el peor... Era mejor no pensar en ello.

La mente de Toji era todo un lío, había renunciado a su familia hace ya varios años todo por no haber sacando algo de valor de ella y desde entonces se había dedicado por completo a su vida militar, disfrutaba de las grades sumas de dinero que sacaba, el alcohol más costoso, las mujeres más hermosas y las apuestas.

Renunció a su cálida familia por una llena de libertinaje y cero compromisos.

Cuánto se arrepentía de haberlo echo...

¿Que caso tiene extrañar algo que tú mismo desechaste? Una completa mierda que debías de tratarte por tu propia idiotez.

.

.

.

Las imponentes murallas de piedra caliza se alzaban tan grande y fuertes a la distancia, en el pasado fueron poderosas aliadas cuando enormes ejércitos intentaban hacerse con el país, una defensa impenetrable que nunca había caído y hnas lo haría.

Un Omega DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora