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"- Es hora de volver a casa conejito."

.

Ambos omegas se movía de un lado para otro en la espesa capa de nieve, buscando los rastros de tan preciadas flores para el menor de los omegas.
Ya llevaban un par de horas en esa noble búsqueda y aún con todos sus esfuerzos no podían encontrar el rastro de siquiera una de las flores que tanto buscaban. Era como si estás hubieran desaparecido de la nada con la clara intención de no ser encontradas.

Yuuji estaba confundido el nunca fallaba en buscar y encontrar lo que se proponía... Pero en esta ocasión no podía encontrar ni un solo rastro y un mal sabor de boca se apoderó de él.

Y para mejorar su suerte un poco más, ya solo quedaban unos cuantos minutos antes que el sol se ocultará y con ello la noche los alcanzara dificultando del mismo modo su regreso a casa.

(...)

Junpei conforme pasaban los minutos solo conseguía deprimirse más de lo que ya estaba, el no poder encontrar tan preciada y bonita flor hacía que sus feormonas solo se tornaran pesadas para el sensible olfato del pelirosa.

- Yuuji creo que es hora de volver a casa... .- La voz desanimada del menor hizo que su corazón oprimiera. Realmente no le gustaba escucharlo de esa manera.

-Yo... Lamento no haber sido de ayuda Junpei, me pediste que te ayudará a buscar algo tan importante y te defraude al no poder encontrarlo... Realmente lo siento mucho... .- El pelirosa inclinó la cabeza levemente en modo disculpa, sentía que había echo pedazos las esperanzas del menor al decir que el podía ayudarlo y eso lo lleno de vergüenza.

- Debería ser yo el que se disculpé Yuuji te hice salir de tu nido para que me acompañaras... Soy yo en qué debe disculparse.- Los manos del menor cubiertas por unos gruesos guantes tomaron las manos de Yuuji para que esté entendiera que no había nada que disculpar.

-Pero... .- El mayor iba a reprocharle pero fue interrumpido.

- Está bien Yuuji, después de que vayamos por tu alfa de regreso las buscaremos, tal vez este año hizo demasiado frío y retraso su crecimiento.- Yuuji realmente quería quedarse y buscar esa bendita flor pero tampoco podían regresar a casa tan tarde.

Después de todo habían salido sin decir ninguna palabra y cuando se dieran cuenta de su ausencia de ambos, la castaña haría todo un alboroto por todo el pueblo.

Resignado solo soltó un pesado suspiro y unos ojos tristes se plantaron en su rostro.

-No pongas esa cara Yuuji... Después de que todo vuelva a la normalidad volveremos a buscarla, ¿Si?.- El menor al ver la cara desanimada de su amigo intento animarlo. Sabía lo mucho que se había esforzado por buscarla y lo último que quería hacer era desacreditarlo.

Yuuji al escuchar las palabras de su amigo inevitablemente y sin ningún permiso comenzó a mover su cola de un lado para otro, emocionado de que Junpei aún quería que lo ayudara. Al tener las manos de Junpei sostenido las suyas el las tomo con firmeza entre las suyas.

- ¡Te prometo que cuando regresemos yo... encontraré tantas flores anciano que ni siquiera utilizando ambos brazos podrás sostener! .- La voz tan segura y llena de determinación del mayor ocasionó que el menor solo sonriera de felicidad al ver cómo los ojos de Yuuji se iluminaban nuevamente.

- Estoy seguro que así será... Pero... ¿No crees que serían demasiadas?.- Su voz se había tornado algo nerviosa y preocupada pues sabía que Yuuji no decía eso de broma.

- ¡Nada es suficiente!

Ambos omegas entre entre risas y susurros se dispusieron a volver a casa resignados al no poder encontrar lo que tanto esmero buscan.

Un Omega DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora