8.

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Recorrió todo el bosque en la noche y pasarla en vela se nego a dormir debía de reconocer el terreno de su territorio para tener ventaja de este, después de varias horas recorriendolo, se había plantado la idea que aquel desconocido y el eran los únicos habitantes del lugar.
Si que ese tipo era un completó idiota, el bosque era habitado por bestias salvajes y peligrosas para una persona normal. Llegando la mañana dejo de pasear en el bosque centradose ahora en la construcción de una cabaña que pasaría hacer su hogar, debía de estar equipada lo antes posible, por el ambiente fresco del bosque supuso que el invierno estaba cerca lo que implicaría, pocas presas, además de poca reservá de alimento debía de apurar el paso y comenzar con la construcción lo antes posible.

El sol comenzaba a salir dando paso desde las montañas los primeros rayos de luz, el frescor de la mañana le calaba un poco la piel, por la poca ropa que este traía encima, tras verificar las ventajas del terreno, a lo lejos pudo observar los pies de una montaña una cueva muy espaciosa, era perfecta para aislarle cuando se acercará su celo, debido a las cadenas que fueron sus compañeras tanto tiempo lo suprimía y tenía la noción de que cuando esté se manifestara se comportaría extremadamente violento a tal punto que perdería los estribos y tal ves saliera del bosque en busca de alguien que le bajara el calor. Una estupides que no cometería.

Con ello saco sus garras y de un solo golpe hacía caer los árboles al suelo, quito las ramas de estos para quedar solo el tronco, después de unas cuantas horas los postes que serían la base de su hogar se alzaban fuertes y muy bien sujetados sus pensamientos eran de que tal ves en unos cuantos días podría terminarlo, si es que le metía empeñó.

El trabajo de este le hizo sentir agotado, había metido mucho esfuerzo al ver la posición del sol este estaba por ocultarse había pasado todo el día trabajando por su hogar que había olvidado que el anochecer había llegado, comenzó a caminar a las profundidades del bosque tal ves debía de cazar algo para llevarse al estómago, los pensamientos del que debía de buscar comenzaron a abarcar su mente, salió de sus pensamientos cuando sus oídos captaron una melodías, inmediatamente se ocultó para buscar el origen de este.

Desde una distancia prudente comenzó a seguirlo, ocultando su aroma para evitar ser descubierto por este las pocas nubes que había en el cielo le hacían imposible poder ver las facciones de su rostro, aquel chico se detuvo a las orillas del río, por lo visto sus intenciones eran darse un baño, Sukuna comprendió de inmediato que se trataba del dueño de la cabaña que había encontrado el día anterior, la curiosidad de su alfa se apoderó de él y siguió observandolo desde las sombras.

Aquel chico se despojo de la única prenda que tenía al igual que el collar en su nuca por lo visto este se sentía seguro, e ignoraba el depredador que lo tenía en su mira. Una ves el chico desnudo, Sukuna no pudo apartar su mirada de aquel sensual cuerpo que tenía enfrente de el quería hacerse un poco más deleitarse de aún más de la imagen de ese perfecto cuerpo que tenía delante de él, pero sabia que un movimiento en falso y asustaría aquel joven. Las nubes se abrieron dando espacio a la ahora luz de la luna que deslumbro la belleza de aquel muchacho, que las sombras tanto de empeñaban en ocular de su vista. No podía creer que semejante belleza, se encontrara delate de el.

Unos ojos llenos de vida color ámbar que deslumbraban en la oscuridad, estos reflejaban una calidez que al mismo tiempo hacia que su bestia interna entrara en un ambiente de seguridad y confíanza ante su presencia, algo que no lograba muy seguido.
Captaron su completa atención haciéndolo que ignorara por completo el mundo para solo centrase en aquel ser.
Un cabello color rosa palo adornaba su cabeza tan parecido a los pétalos de cerezo en temporada, le daba la impresión de que esté oleria del mismo, a pesar de que su cabello era algo corto no se le miraba para nada mal. Sus labios que daban la impresión de estar un poco  hinchados con un ligero color rosa, parecían tan suaves al tacto, que si pasaba las yemas de sus dedos se romperían. Su vista se fue bajando de poco a poco tal parecía que Sukuna quería memorizar cada aspecto de aquel delicado cuerpo. Un cintura pequeña y grandes caderas, además de unos glúteos grandes dónde solo quería perderse, en definitiva estaba por perder la cabeza, quería irse pero a la ves quería seguír observando aquella silueta, su tono de piel era un poco morena pero no exageración, por lo que dedujo que estaba acostumbrado a trabajar sobre los rayos del sol, sus pensamientos se llenaron de imagines eróticas, ese cuerpo esbelto bajo el suyo lleno marcas provocadas por el mismo. Y ese plano vientre dónde en un futuro no muy lejano portando sus cachorros.

Un Omega DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora