—Hey, Aileen—me llama la dulce voz de Julianne.
Abriendo los ojos, me encuentro en el antiguo área de juegos que había en nuestra aldea. Julianne se encuentra del otro lado, recogiendo algunas flores de la temporada. Me pongo de pie y de inmediato siento un gran alivio al verla. Corro para estar a su lado, pero un grupo de chicos y chicas (más grandes que yo), se interponen en mi camino.
— ¡Hey, fenómeno de ojos raros!—me grita un chico.
Un fuerte dolor llega a mi ojo de color verde.
— ¿A dónde crees que vas?—una chica me jala por el cabello.
—Con mi hermana—justifico. De un manotazo la obligo a soltarme.
—Ella no es tu hermana. Ella si es normal.
Una lágrima por fin se desborda. Mis labios se fruncen con tristeza.
—Los fenómenos de ojos raros deben estar en el suelo—un chico como de mi edad me empuja para que pueda caerme hacia atrás—. En el suelo como sucios gusanos.
Rompo en llanto al escucharlos. Ninguno de esos chicos vivían en mi aldea y ahora, me gritan "fenómeno" como una gran ofensa. Mis oídos no dejan de oír esa palabra. Comienzo a odiarme a mí misma.
— ¡Dejen a mi hermana en paz!—masculla Julianne.
Todas las voces se callan y varios pasos se escuchan alejarse. Levanto mi mirada llena de lágrimas y me encuentro a mi hermana caminando hacia acá con muchísima dificultad.
—Julianne—me levanto a abrazarla.
Me recibe con calidez. Sus manos se sienten como una protección para mí. Ambas nos sentamos en el suelo sin romper nuestro lazo.
—No llores, Aileen—enjuga mis lágrimas con su dedo pulgar.
—No quiero tener el ojo de distinto color, quiero tenerlos marrones. Normales, como los tuyos—sollozo.
—No digas eso—me toma el rostro con ambas manos—. Tus ojos son preciosos y únicos. Ellos hicieron eso porque te tienen envidia.
Sorbo por la nariz y trato de limpiarme los ojos, pero es inútil mis intentos por detener mis llantos.
—Aileen, jamás debes sentirte indefensa contigo misma, eres muy fuerte y nunca te dejes pisotear por los demás—sus manos envuelven las mías—. Parezco fuerte pero por Dios, mirame, necesito de estos bastones para poder caminar. Tú eres más fuerte que yo.
—No lo soy.
—Si lo eres, Aileen.
Mis lágrimas humedecen su vestido.
—No te des por vencida. No solo por mi lucha, pelea por todos. Por todos en la aldea.
Esbozo una sonrisa, totalmente llena de tristeza.
—Solo cree en ti misma.
Me abraza una vez más, dándome ese cariño. En mi mente me vienen los recuerdos de todos los de la aldea; la vieja Marie, mis amigos, Cesar...
—Siempre juntas, Aileen.
Me muevo bruscamente al percatarme que todos se ha puesto oscuro. Sigo llorando y sorpresivamente me caigo de algo de pequeña altura. Logro ver una luz y cuando eso me ayuda a tener una mejor visión del lugar, me doy cuenta de que estoy en la sala de la habitación. La iluminación de la luna recae en el dormitorio, entrando por el balcón. En una de las camas se encuentra la sombra de alguien. Se mueve un poco y en menos de lo que me espero, el ojo rojo de Ciel me mira indiferente. No tengo miedo, pero ahora, tengo muy claro lo que es.
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Kuroshitsuji: Vitam et Mortem
FanfictionUna aldea aislada de la ciudad de Londres fue destruida en su totalidad dejando como a única sobreviviente a una pequeña niña de 13 años llamada Aileen. Abandonada en la nada y sin saber exactamente que fue lo que ocurrió, se encuentra con un extrañ...