La puerta de la casa de la Vieja Marie sigue intacta, con algunos cuantos rasguños, pero mucho mejor que las demás casas. Es extraño que, en cuanto puse un pie en el porche, el cielo se nublo en segundos poniéndose todo gris aquí.
— ¿Esta es la única casa que sobrevivió?—pregunta Grell sin poder creérselo.
—Así es. ¿Quieren entrar conmigo?
Ronald corre a mi lado, para poner la mano en el picaporte.
—Yo si quiero—me sonríe de oreja a oreja.
— ¿Estás de acuerdo, Grell?
Mi pregunta lo pone en expresión pensativa. Tiene la boca entre abierta y sus afilados dientes logran mostrársele un poco. Sigue dándome miedo.
—Bien, bien, entremos—hace una mueca.
Ronald se encarga de abrir la puerta, asomando su cabeza para observar el interior. Un montón de polvo me impide mirar con claridad, y al mismo tiempo, los tres estornudamos. Buscando el interruptor de la luz por la pared, me tropiezo cayendo de lado, gracias a un pequeño banco tirado.
— ¿Estás bien?—me ayuda Ronald.
—Si.
—Eres muy torpe—gruñe el pelirrojo.
—Claro, puedo ver muy bien bajo la oscuridad de una casa.
—Pues aquí está la luz.
Enciende una vela alzándola en lo alto para darnos una buena iluminación. Yo intento encender el foco, pero este no reacciona.
— ¿Cómo es posible que tuvieran electricidad en esta aldea?—Grell deja la vela sobre una mesa y se lleva ambas manos a su cintura tomando una pose ridícula... y afeminada.
—Pues—pienso bien mi respuesta—. Uno de los ingenieros y líderes, creó una planta de energía gracias a los rayos del sol. Pero creo que también fue destruida.
Ambos nos sobresaltamos al escuchar un plato cayendo. Ronald se queda inmóvil teniendo en manos una pequeña taza de porcelana.
—Quería comprobar si era autentico.
Pongo los ojos en blanco.
—Parecen haber saqueado algunas cosas—muevo unas cuantas cajas de madera que solía coleccionar la Vieja Marie—. Pero no destruyeron nada, a comparación con las otras casas. Esto es raro.
Grell se me interpone deteniéndome por los hombros. Creo que me va a gritar.
— ¿Qué es exactamente lo que buscas? O, ¿para qué rayos quieres estar aquí?
Miro a mis lados con una sonrisa nerviosa.
—No lo sé...
Me aparta de un empujón empezando a saquear varias cosas por la sala. Un total desastre comenzado ahora por él. Ronald le sigue la corriente, lanzando papeles, portarretratos vacios y más platos de porcelana. Yo me encargo de buscar papeleo en los distintos muebles que me rodean. Los libros y enciclopedias que los adornaban, han desaparecido, solo algunos cuantos se encuentran tirados. Abro un cajón, pero al instante se desmorona cayendo a mis pies. Entre los restos se encuentran varios dibujos que hacíamos los niños; los hojeo buscando alguno mío y por suerte, solo hay uno. En el representé a mi hermana y a mí, detrás de nosotras dibuje nuestro hogar. La aldea. Antes de que pueda llorar, lo guardo con los demás dibujos en otra parte.
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Kuroshitsuji: Vitam et Mortem
FanfictionUna aldea aislada de la ciudad de Londres fue destruida en su totalidad dejando como a única sobreviviente a una pequeña niña de 13 años llamada Aileen. Abandonada en la nada y sin saber exactamente que fue lo que ocurrió, se encuentra con un extrañ...