Capitulo XII

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El lugar estaba demasiado silencioso  y de inmediato, Ciel pensó en lo peor: Aileen había escapado. Antes de asegurarse de lo imaginado, tomo toda la información que necesitaba.

Camino por los pasillos buscándola, pero ya no había rastro de ella. "Maldita", pensó y comenzó a enfurecerse, pero solo fue por un momento ya que le preocupaba más en donde podía encontrarse. En el siguiente salón se reencontró con Sebastian llevando un montón de papeles.

—Se escapó. La muy tonta se escapó—Ciel trataba de parecer enojado. Su mayordomo sonreía, no tanto de la impresión sino por lo distraído que había sido su amo.

—Creí que estaría bien bajo su cuidado—la sonrisa de Sebastian se ensanchó.

A Ciel le irritaba su sarcasmo.

—También fue tu culpa, es solo una niña. ¿Cómo puede ser que no nos diéramos cuenta? Es hora de irnos.

El ambiente era tenso, sabían muy bien lo que implicaría que Aileen anduviera perdida en una ciudad como Londres.

—Me pregunto cuales fueron sus motivos para volver a escapar—Sebastian formuló esa pregunta haciendo dudar también a Ciel.

—Tenemos que encontrarla, antes de que sea tarde.

Interrogaron a la encargada de la biblioteca, pero no presto la suficiente atención cuando salió la pequeña. Afuera llovía y lo más probable para ellos, es que estuviera resguardada en algún negocio no muy lejano de ahí.

 "Aileen, eres una maldita", volvió a pensar Ciel antes de comenzar a correr por la calle.


Kuroshitsuji: Vitam et MortemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora