Una puerta a lo lejos se cierra. Los pasos de dos personas se acercan pero se siguen escuchando lejanas. No sé si este despierta pero estoy en un lugar totalmente blanco, de pie en medio de la nada. Esto es molesto.
—Aileen—me llama alguien.
Me giro para ver pero no hay nadie.
—No hay necesidad de que me veas, solo quiero un momento para poder hablar contigo.
Miro mis pies. Estoy entre plumas blancas y negras cubriendo todo el piso. El aleteo de pájaros volando me desconcerta. No hay pájaros.
— ¿Quién eres?—pregunto con toda seguridad.
—Nadie que tú puedas conocer.
— ¿Y qué quieres? ¿En dónde se supone que estoy?
—Estamos dentro de tu subconsciente, un lugar bastante difícil de imaginar, sobre todo el tuyo, parece estar desconectado al peligro.
Camino entre el montón de plumas pero una pesada cadena retiene a mi pie. Esta colmando mi paciencia sea quien sea, pero no quiero estar en ese estúpido sueño.
—Esto será rápido, no te preocupes.
— ¿Sepulturero?—pregunto esperando a estar en lo correcto. Puede que sea él, pero para nada se oye su voz igual.
— ¡Sepulturero!—grita bufándolo—. Aileen, ya te dije que no soy nadie cercano que puedas conocer. No sabes lo que te rodea, el peligro te persigue inminente y no te das cuenta.
¡Arg! Me está poniendo nerviosa.
—Dime lo que quieras advertirme, quiero salir de aquí ya.
Sus risas son estruendosas, moviendo el suelo bajo mis pies.
—Aileen, estas bajo las manos de unos traidores, posiblemente aparenten querer cuidarte, pero, si fuera por ellos ya te habrían matado.
Me estremezco. Mi cabeza se siente colapsar; ellos no son asi, jamás han matado a alguien... No mataron al señor Marshall... No.
—Eso es mentira—digo.
—Eres muy crédula. Ellos simplemente te usan para encontrar su objetivo. ¿Crees que tendrían lastima por una niña como tú? No te has dado cuenta que...
Me tapo los oídos, lo sé, es patético pero tiene su ventaja: ya no escucho nada. Por desgracia todo se pone de color rojo intenso, las plumas empiezan a caer al igual que yo. A un fondo sin vacio.
Mis ojos se abren.
Me encuentro con la mirada de Ciel.
—Al fin despiertas. —Se aparta rápidamente, escondiendo el rostro.
La luz me ciega por un momento hasta que logro ver a todos lo que se encuentran en la habitación: Sebastian, el Sepulturero... ¿Sigue aquí?
—Extrañamente te quedaste dormida—me responde a modo de explicación. Como si hubiera leído mi mente.
—Dormiste casi cuatro horas—me dice Ciel.
¿Cuatro horas? El cielo ya no está nublado y las patrullas que solían oírse constantemente parecen haber desaparecido. Mi estomago ruge llamando la atención de todos en el dormitorio.
—Sebastian, prepárale algo.
—Como ordene.
Él se va a la cocina y solo quedamos tres con caras de "¿en serio eso fue tu estomago?". Logro sonrojarme levemente seguido de una sonrisa tímida. Por primera vez veo al Sepulturero con una expresión sensata.
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Kuroshitsuji: Vitam et Mortem
FanfictionUna aldea aislada de la ciudad de Londres fue destruida en su totalidad dejando como a única sobreviviente a una pequeña niña de 13 años llamada Aileen. Abandonada en la nada y sin saber exactamente que fue lo que ocurrió, se encuentra con un extrañ...