Capitulo XXIX

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Hola :D!! Sé que tarde más en subir este capitulo, ya que ya volví a la escuela TnT pero eso no me impidió poder actualizar la historia y espero que les guste esta parte y que me dejen sus comentarios (*-*)9 Gracias por leer :3

P.D: A todas las que les guste el Yaoi, cuando acabe la historia les tendré una sorpresa x3

Besos!!




Tengo la boca seca y en cierto modo (teniendo los ojos cerrados) todo me da vueltas. La cama en donde me encuentro es muy cómoda y por primera vez en muchas semanas siento que es el mejor lugar en donde he dormido.

Quedo paralizada al ver el lugar desconocido.

Mi muñeca está atrapada por una larga cadena.

Estoy en una habitación un poco elegante en una enorme cama y creo ver en el piso las pieles de algunos animales salvajes. Me siento en el borde de la cama y descubro que estoy descalza. Lo último que recuerdo es a Max corriendo fuera de aquella cueva...

— ¿Ya estás despierta?—la cabeza de Naoki se asoma por la puerta con una tímida sonrisa.

Me sobresalto regresando a esconderme entre las sabanas. Al hacerlo, me lastimo la muñeca con la cadena.

—Hey, tranquila—se oye caminar más rápido.

Retira las sabanas de inmediato, dejándome descubierta. Su mano alborota mi cabello, acariciando levemente mi cabeza. Se la retiro de un manotazo.

— ¡No me toques!—le grito a la defensiva.

—Pero, ¿por qué estás tan molesta conmigo?—pregunta ofendido—. Yo solo quiero ayudarte.

¡¿EHHHHH?!

— ¡QUÉ POR QUÉ ESTOY MOLESTA!—Exclamo, ya exasperada sacando humo por los oídos.

Me mira con ojos muy abiertos.

—Aileen...

— ¡Vete!—le lanzo una almohada.

Ahora mismo me parece una escena tan cómica, pero estoy muy furiosa. Solo quiero que se largue y me deje pensar tranquilamente. En eso, la puerta vuelve a abrirse. El maldito infierno comienza de nuevo. El ángel viene hacia acá.

—Veo que estás muy inquieta—me dice tranquilo.

Tomo otra almohada y se la lanzo a él. La atrapa con facilidad.

— ¡Solo váyanse!

—Naoki—llega a tocarle el hombro—. Sal un momento. Necesito hablar con ella.

Él se marcha, yo me recuesto de mala gana ignorando al... tonto "ángel" que me observa detenidamente. Acaso, ¿no entienden la palabra VAYANSE? Argg, son irritantes, más que el Sepulturero abrazándome.

—Vete—vuelvo a repetir una vez más.

Oigo una risa burlona.

—Sabes que te ayudo—se sienta en el borde de la cama—. Te hemos quitado cierto peso de encima, estar con esos demonios solo te traería problemas.

Ruedo los ojos.

—Claro, claro—replico con sarcasmo.

Su sonrisa se borra de su rostro.

— ¿Por qué eres malo?—suelto de pronto.

Me mira sorprendido e incluso, creo que se ha molestado.

Kuroshitsuji: Vitam et MortemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora