Kimetsu No Yaiba! ||ONE-SHOTS||

Rengoku Senjuro

No tengo claro cuál es la edad de Senjuro, pero digamos que tiene 14 y rayis 15, ¿va? Va.

En fin continuemos, tiene leves spoilers del manga. c:

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¿Nueva pilar?
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El día nublado, gente con lágrimas en sus ojos y una tumba frente a ellos, un ambiente que sin duda pondría triste a cualquiera. El hermano menor del fallecido estaba sin duda desconsolado, tratando de calmar los sollozos que obviamente falló en el intento.

La chica que lo acompañaba lo abrazó reconfortante, no iba a negarse en tratar de calmar sus emociones. Se separaron para que el Rengoku pudiera decirle unas últimas palabras.

-Yo... en verdad lamento su pérdida. -un chico desconocido se paró a su lado. -Rengoku-san era un buen hombre.

-Lo era, como no tienes idea. -dio una sonrisa amarga. -Siento molestar con esta pregunta, pero... ¿quién eres? -.

-Kamado Tanjiro, su compañero de misión. -dijo sin apartar su mirada de la tumba. -Nos habló de que eras su Tsuguko, e incluso que eras parecida a él. -sonrió triste.

Sus ojos vino estaban hinchados, había llorado mucho.

-Siento no decir lo mismo, Kamado. -respondió tratando de no parecer tosca. -De todas formas, dieron su mejor esfuerzo y... es lo que cuenta.

Él asintió para no contradecir, se sentía inútil de no poder haberlo salvado o por lo menos ayudado, un nuevo silencio se hizo presente que demostraba todo el panorama del lugar.

-Si me disculpas, iré a decir mis últimas palabras. -dijo ella.

Acercándose a la tumba del ahora ex-pilar, no pudo evitar derramar lágrimas de dolor y tristeza. Miles de su cabeza hacían deseos egoístas de que él viviera para ella morir, era horrible todo lo que sucedía a su alrededor.

Y ahora, ella era la pilar de la flama.

¿Qué debería hacer con un cargo tan grande como ese?

-Rengoku-san, ¿por qué? -susurró. -Sabía que aún no estoy preparada para todo esto, sigo siendo la misma chica miedosa de la cual usted se siente orgulloso de llamar "futura pilar". -miró el rostro ya pálido del rubio para luego suspirar. -Cumpliré mi promesa, no importa cuánto me cueste, seré igual de fuerte que usted. Lo quiero, Kyojuro-san.

Se alejó de a poco de la madera que cubría a aquel hombre, el funeral siguió de largo sesde sus compañeros de trabajo hasta su patrón, todos dando algunas palabras de apoyo hacia la nueva pilar y otros... bueno, otros simplemente no querían hablar de ello.

Sentía que era una pesadilla, una de esas que te levantas con lágrimas en los ojos.

"Tengo que buscar a Senjuro-kun." Pensó sin tardar.

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-Sólo una pequeña fracción de la gente tiene talento. El resto es sólo escoria. -soltó el señor Rengoku con desdén. -Así mismo como Kyojuro carecía de talento alguno, era obvio que moriría.