Kimetsu No Yaiba! ||ONE-SHOTS||

Enmu [¡! Pedido]

Ahuevo, ya por fin lo terminé, perdón por la tardanza. [Bola azul llorando]

Pedido hecho por Dokor-little

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—__________ ~ —llamó la luna a sus espaldas. —¿me amarías?

—No, ándate al sol y muérete. —respondió con desdén. —Eres igual a Douma, sólo que tú invades la privacidad hasta cuando duermo.

—Eso fue un halago para mí, ¡eres tan amable! —comenzó a saltar de felicidad.

¿Amable? Con las lunas superiores sí.

Hagamos un resumen de su... "historia"

El día que se convirtió en demonio ya no lo recuerda con exactitud, ¿cuánto tiempo habrá pasado? ¿90... 100 años? Ya no importaba.

Ahora era una luna, la cuarta luna superior.

Destronando de a poco a los demás, había aprendido muchas cosas por parte de Muzan y Kokushibo, era impresionante la rápida manera en la que aprendía. Primero fue desde las inferiores, aunque ahora estaban muertas por un error que cometieron, ya no se recordaba cual por lo insignificante que era, no te podía importar menos.

Al llegar a donde estaba ahora había costado mucho, no iba a desafiar a quiénes se trataba de su "creador" y maestro, ni por mucho que la fueran a torturar. Era leal, como un perro y eso era digno de apreciar para ellos.

Y claro, eso llamó la atención de un demonio en específico, Enmu.

Aunque lo trataba mal, no le importaba, si se trataba de tener esa atención sobre él valía la pena, se fijó en __________ al ver que era una de ellos, la más joven posiblemente, ¡aprovechar esa oportunidad de conocerla era único! La primera vez que se vieron en una reunión hacía varias preguntas sobre su técnica demoníaca y ella nunca le respondía, lo ignoraba siempre, lo desinteresada por completo sobre él era obvio.

Nunca le puso un alto, o bueno sí, pero no le hizo caso y no iba a matarlo como lo hicieron con sus demás compañeras lunas, no tenía ese poder, era simplemente un dolor de cabeza más... a su larga y fea vida.

—No sé cómo Muzan-sama te dejó vivir, me das asco. —volteó a verlo, este mantenía un sonrojo.

Finalmente le dio una pequeña parte de su mirada y atención, a veces pensaba que era una clase de masoquista.

—Ew. —una mano se puso en su hombro, interrumpiendo la "charla".

—__________ —se puso rígida al saber quién era. —. Ignora a este tipo.

—No es fácil, señor. —respondió firme, ocultando el miedo. —Trataré de hacer lo que pueda.

Kokushibo quitó la mano de ella, mirando de la misma forma que había mirado __________ al demonio inferior, se alejó de ellos para ir hacia Nakime.

—Llévame al pueblo más alejado de cazadores. —ordenó

Asintió como respuesta, tocando su instrumento para abrir una de las puertas, sin tardar mucho, saltó.

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—Un cambio no me vendría mal... —habló para sí misma.

Antes de llegar a la entrada del pueblo, decidió hacer un pequeño cambio a su apariencia, empezando por su cabello a uno más largo y dejarlo suelto, manteniendo su color original. Su cuerpo a uno más... atractivo para los ojos de un pecador lujurioso, la viva imagen de la tentación.