Kimetsu No Yaiba! ||ONE-SHOTS||

Tanjiro, Inosuke & Zenitsu

Ya casi un buen de farranda, holaaa.

Este es un pedido, lamento no hacerlo en su momento, perdí el usuario de la personita :(

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Las últimas horas de trabajo solían exigir más de lo que se debía, por lo que te estabas preparando mentalmente para ver a un montón de clientes testarudos y exigentes pasar en esa puerta.

De todas formas, seguías aguantando en ese trabajo de porquería.

Trabajabas como cajera en un pequeño restaurante, pero a su vez era reconocido en todo el pueblo en el que naciste y creciste, por lo que también eras reconocida.

La cocina era una de las cosas que te apasionaba, desde que eras una niña hasta tu adolescencia, algo que mucha gente apreciaba de ti.

Y así como había gente que amaba tus platillos, también existen que criticaba el mínimo error que cometieras.

—Hey, __________, tienes visita. —te llamó una de las meseras, tú asentiste.

—¿Puedes pedir que esperen? Tengo que servir estos platos y voy —diste una sonrisa penosa, algo que comprendió tu amiga.

También eras muy perfeccionista.

—Ya les aviso.

—¡Gracias!~ —exclamaste apenas se fue.

Terminaste de servir los quince platos que habían pedido en su totalidad, los pusiste en una bandeja de plata y al tocar el pequeño timbre, aparecieron dos meseras, llevándose todo. Limpiaste tus manos y rostro con un pañuelo blanco, habías estado sudando por las horas metida en la cocina.

Estabas cansada, querías irte a casa.

Pero esos ánimos subieron cuando viste un rostro familiar.

—¡Tanjiro! —llamaste al pelirrojo, este volteó su vista con una sonrisa que amabas apreciar.

—Hola, __________, venía con los chicos a recogerte de tu turno. —explicó en medio de un abrazo.

—Aún me falta una hora, ¿podrán esperarme? —hiciste una mueca triste.

—Claro, yo hablaré con Zenitsu e Inosuke. —acarició tu rostro, dándote un beso.

Inevitablemente, se lo devolviste.

Escuchaste unos silbidos, forma clásica de molestarte a ti con el cazador, ambos se separaron con sus mejillas coloradas

—Los veo luego, ¿bien? —él asintió.

꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦

El día finalmente acabó, Inosuke y Zenitsu apenas te vieron querían abrazarte como era de costumbre, pero les pediste que se calmaran, pues traías la cena en tus brazos.

Hoy se iban a dar un pequeño lujo, entre ustedes cinco.

Nezuko había sido invitada por su hermano.

—Mañana me tomaré el día libre, ¿les parece si vamos al festival que tanto anunciaban?

—¿En la ciudad? —preguntó Zenitsu, asentiste como respuesta. —Yo quiero ir también, ¿qué hay de ustedes?

—Cuenten conmigo. —accedió Tanjiro.

—¡Yo igual! —exclamó Inosuke.

—Quiero ir también. —Nezuko se apegó a ti, con una sonrisa.

—Entonces será mejor que se preparen bien, cada quien comprará sus cosas. —todos estuvieron de acuerdo.

Tanjiro, Inosuke y Zenitsu habían sido tus esposos estos últimos años, el rubio siendo el mayor de todos.