Kimetsu No Yaiba! ||ONE-SHOTS||

Tokito Muichiro

Olayperdón

ੈ✩‧₊ 𝑭𝒆𝒍𝒊𝒛 𝒄𝒖𝒎𝒑𝒍𝒆𝒂ñ𝒐𝒔 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐, 𝒎𝒊 𝒓𝒆𝒚.

Tu grupo asignado y tú saltaban entre los árboles, os habían asignado una misión e irían los pilares del sonido y la roca, muy extraño a tu parecer.

-Entonces, ¿me estás diciendo que los demonios nunca envejecen? -preguntó Hanan poniéndose a tu nivel mientras corrían.

-No gastes energía, puedes pedirle respuestas a Akinori cuando lleguemos. -respondiste sin verla, por lo que captó de inmediato llegar.

Al ver el lugar destruido no tuvieron tiempo de seguir el rastro de sangre que había frente a ustedes. Como eran 5 entre todas, decidieron dar primeros auxilios 3 de ustedes.

-Nakamura, vendrás conmigo. -avisaste a la mencionada, ella solo asintió.

-Suerte en la cueva, ayudaremos a los demás. -habló Hanan, caminaste hacia la oscuridad con tu compañera a lado.

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-Sinceramente, Himejina-San es un hombre muy amable al ayudarme con mi respiración. -dijo tu compañera, Kano, rompiendo el silencio que había. -Lo siento, el silencio me pone algo tensa.

La miraste por el rabillo de tu ojo y suspiraste, volteaste a verla para darle la mano, ella era ciega.

-No hay de que preocuparse, solo tengo muchas cosas en la cabeza. -alzo un poco la cabeza ya que viste su expresión de confundida. -El cumpleaños de Tokito, no sé que darle.

-¿Qué te parece un haori? Nunca le han visto uno. -respondió pensativa.

-Suena bien, mañana con las demás iremos a las tiendas. -hiciste una pequeña sonrisa, pero sentías ahora tensa la cueva, al parecer habían llegado.

Vieron una pequeña luz frente a ustedes, o bueno, de diferentes colores formando una sola luz

-Su aroma, ¡siento su aroma!~ -escucharon una voz que daba escalofríos.

El demonio alto pero muy delgado, con al parecer una linterna en su mano izquierda y su otra mano llena de sangre ya oxidada, estaba con una sonrisa tétrica que no todos tuvieran el valor de verlo.

-ERES MUY LINDA, ¡DÉJAME COMERTE! -corrió hacia ti sin dejar de verte, ambas se separaron y sacaron sus armas, listas para el combate.

-Aliento de la muerte, quinta postura... -dijo en un susurro la de ojos huecos. -último suspiro. -dio unos giros hacia el demonio, generando un humo negro al rededor. El contrario esquivó el ataque y su brazo salió volando.

-¡Nakamura! Usa tu octava postura y yo la sexta. -al escucharte se acercó hacia ti rápidamente, el demonio solo observaba con diversión.

-¿Cómo pueden ser tan tiernas? ¡Douma las hubiera amado! -se comenzó a reír de forma desquiciada, provocando un escalofrío. Lo ignoraste y decidiste cerrar tus ojos.

-Cambio de planes, usaré la cuarta postura, ¿me entendiste? -dijiste con enojo, Kano solo te "observó" y apretó el mango de su espada.