Kimetsu No Yaiba! ||ONE-SHOTS||

Uzui Tengen

Banda aunque no parezca amo mucho a Uzui y le traje uno de su cumple, sé que no hice como el 5000 personajes pero no se me ocurría nada, perdón kwvwkwbs. Bueno ya lean.

[¡Feliz cumple!] 🗣

—No iré a la jodida fiesta de Uzui, Suma. —la miraste con enojo, esta solo se encogió.

—P-pero...¡él dijo que quería verte ahí! —exclamó con miedo.

—¿Para qué? No planeo gastar mi tiempo en eso, además debo cuidar Kamado y sus amigos y evitar sus desastres. —te comenzaste a rascar la cabeza con fuerza, estabas estresada.

—¿Por qué eres así? ¡Se supone que eres su primera esposa! La primera que debe estar ahí. —iba a amenazar con llorar, era tu punto débil.

La observaste unos segundos largos, pensando bien si ir a ese lugar.

—Primero que nada, no soy su esposa ya. —hablaste. —Y segundo...

—¡Intentaré no dejarte sola! —juntó sus manos en forma de súplica —¡¡¡Por favor!!!

—¿Ni siquiera te dijo a ti para que quiere que vaya? —negó con la cabeza. —Bien, lo pensaré un poco, que no intente decepcionar.

Saltó emocionada y como pudo se lo anunció a Uzui.

•°•°•°•

¿Qué le podías regalar exactamente al señor extravagancia? No tenías idea alguna. Pasar de local en local con cierta impaciencia y no sentir ese algo llamativo te recuerda el por qué terminaron.

Sigues preguntándote también por qué aceptaste ir.

Un poco decepcionada, volviste a tu hogar sin gastar algún centavo que de cierta forma te alegra. Tiene a 3 hermosas mujeres de las cuales puede depender de lo que sea, y te sigue buscando como perro callejero; te molesta porque se supone que han acabado todo tipo de conexión.

Hubieras dejado la organización de no ser por el patrón que te lo había podido, no podías negarte ni aunque quisieras.

En fin, estar en tu habitación meditando sobre ello no está del todo bien, cerraste los ojos y te tiraste sobre tu cama boca abajo.

Dormir no era una opción después de escuchar como tocaban la puerta de tu casa. Querías llorar internamente.

—¿Quién...?

—Makio, Suma y yo. —habló Hinatsuru al otro lado de la puerta, abriste la puerta.

—¿Traen comida?

—Tu favorita. —respondió Makio.

—Bienvenidas a mi morada. —te hiciste a un lado, dejándolas pasar a las hermosas mujeres.

Se sentaron en los sofás cómodos que te habían regalado hace no mucho, aunque tu hogar de por si llevaba mucho tiempo, se veía como nuevo. Fuiste a la cocina para traer cubiertos y vasos, en verdad tenías hambre.

—Y bien, ¿qué necesitan? —hablaste a lo lejos.

—Venimos a convencerte de venir a la fiesta. —habló Makio. —¡De por sí tendrías que aceptar!

Parecía que el alma se te fue, tu rostro estaba muerto de cierta forma.

—Dije que lo pensaré, nunca negué algo. —pusiste las cosas en la mesa, te sentaste junto a Hinatsuru.

—¿Qué es tan malo? —preguntó la anterior mencionada.

—Soy su ex, no hemos tenido algo formal para conocernos a fondo, ¿entienden? El trabajo nos separaba y me di cuenta que no quiero una familia. —te miraron sorprendidas por tus palabras, te recostaste cansada. —Él se lo ve más feliz con ustedes.