Amé Kimetsu y me gusta dar vergüenza.
¿Me enamoré de estos personajes y por eso creé este libro? Joder, claro que sí.
Agradecido con la portada, créditos a: sofi-4835
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彡⊰?〣 Lenguaje vulgar.
彡⊰?〣 Todo OS será por lector/a.
...
Aviso: aquí Muichiro sería más directo, o atrevido. Depende de como lo vean. Todos tienen la edad rondando de los 18 a 19 años.
《Cómplice.》
Cerraste el libro con seguridad, por fin habías terminado la prueba de matemáticas que tanto te había costado, estabas orgullosa de tu avance.
Y era la última, por lo que ya podías descansar de todo lo que ha sucedido este año de universidad.
Entregaste la hoja y saliste del salón que se mantenía en silencio y concentración absoluta, por ahora ibas a mantener un perfil bajo hasta que tu grupo de amigos salieran, ya estaban planeando una reunión donde sus compañeros habían sido invitados.
Estabas feliz, ¿cómo no? Pronto se iban a graduar la y debían celebrarlo a lo grande, con eso querías aprovechar y conocer un poco más al chico que te gusta; Tokito Muichiro.
Cabello largo, apuesto, callado y reservado. Con un rostro fino pero se veía que tenía el toque... adorable. Era el joven más atractivo de todo el mundo que jamás habías visto —y probablemente, toda la universidad pensaba lo mismo.—, ¿Quién no se fijaría en tremendo ángel tallado por los mismísimos ángeles? Eran amigos desde hace mucho tiempo, con eso, tus sentimientos por él nunca se fueron.
Estabas tan embobada por el susodicho, que terminaste chocando con un pilar en medio del pasillo, aunque tuvieras una pésima suerte, no viste a nadie en tu alrededor, por lo que seguiste caminando casual —y adolorida— hasta la biblioteca.
"¡Que vergüenza, carajo!" —Fue lo que vino en tu mente.
Tomaste profundamente el aire hasta llenar tus pulmones y entraste a la biblioteca, solo estaba la encargada y un dúo de amigos leyendo y riendo con discreción.
Antes de entrar por completo silencioso tu celular, el mínimo ruido percibido por la señora y ya estabas fuera, tenías treinta minutos para leer en paz sin que tus amigos vinieran a buscarte o llamarte, de solo pensar en las reglas estrictas que habían te daban escalofríos.
Te fuiste a un pasillo alejado, abriendo los mensajes en tu celular.
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Estabas asustada, Tanjiro podría llegar a ser muy honesto —por no decir bocotas— a veces, podría decir algún evento vergonzoso tuyo y nunca lo sabrías. ¿Dónde está la ayuda cuando se la necesita?
