Capítulo 29

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Estaba la cazadora de demonios de pie atenta a cualquier mínima señal que delate la llegada de alguien, el médico de la familia Inhokata estaba sentado bastante nervioso intentando calmarse pero era imposible, Sabishi estaba apoyando junto al árbol bostezando de aburrimiento.

— ¿Cuando vendrán? No será difícil notar todo la destrucción que hice — sin duda él era el más relajado de los tres allí presentes en total silencio, hasta podía oírse las corrientes de viento frías en ese campo llano.

— la luna podría estar planeando un ataque, no sabemos cuántos demonios tiene junto a él así estamos en total desventaja — la chica tenía un mano sobre su mentón pensando en las posibilidades, no quitaba la otra del mango de su espada en ningún momento.

— si, serán muchos demonios a los que tendrás que matar — las palabras del castaño le hicieron alzar una ceja para girar a verlo, el contrario al notarlo la miró extrañado.

— primero te metes en mí trabajo arruinando la estructura de mí plan,  ¿Ahora dices que no combatirás? — se fue acercando a él a paso lento cruzandose de brazos, esperando la respuesta ella lo miraba fijamente.

— no soy un "cazador de demonios" solo me interesa el espadachín más fuerte del Dojo Inugōrudo, los demás son todo tuyos — una pequeña vena se hizo presente en la frente de Miko forzando una sonrisa para intentar esconder su rabia.

— como quieras, no me esforzaré en ayudar a alguien que quiere morir — se volteó para no mirar a aquella persona que ya en poco tiempo, realmente no le caía bien.

Con las manos en su cabeza estaba el Inhokata bastante callado con ligeros temblores en sus manos, de su rostro caía sudor a montones llegando al ligero prado en el cual estaba sentado, su respiración cada vez era más agitada mientras se acercaba aquel momento en el que llegaran los demonios.

— yo... — la cazadora lo miró allí sentado temblando del terror y sin dejar de sudar — cuando lleguen, quiero irme — parecía casi una suplica hacia ella que se sorprendió al verlo así, se agachó hasta estar a su altura.

— lo siento, te incluí en esto sin pensarlo mucho — se relajó para llevar una de su manos al hombro del médico que no paraba de temblar — no sabemos si habrá algún demonio vigilando de que alguno intente huir, procura quedarte a mí lado, ahora intenta calmarte — hizo un esfuerzo en tranquilizarlo pero no parecía surtir algún efecto.

— irán directo a por mí, ¿Cómo puedo calmarme? — le tomó de la mano con fuerza mostrando bastante inseguridad de salir vivo esa noche, ella no supo cómo contestar más que posar su mano sobre la de él.

— me esforzaré en que salgas vivo de esta — no era muy buena tratando con la gente pero tampoco pensaba dejarlo morir, esas palabras no parecieron tranquilizarlo tanto.

— ¿Me lo prometes? — el Inhokata desde el primer momento siempre se mostró como una persona insegura pero en ese momento... Estaba en su límite.

Ella solo guardó silencio haciendo entender al médico que no era una posibilidad al 100%, él soltó su mano y tras eso escondió la cabeza entre sus piernas mirando directamente al suelo, sin duda alguna no logró calmarlo pero al menos le dió una mínima seguridad.

Soltó un ligero suspiro para relajarse un poco y volver a mantener su atención alrededor, solo una cazadora, un espadachín sin espadas nichirin y la carnada que no podría hacer nada para defenderse, sin duda no era su misión más clara pero allí estaba.

Relámpago Azul [Kimetsu no Yaiba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora