Capítulo 3

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Ya había escuchado esa voz antes, recordaba los latidos tan tranquilos y decididos de su corazón en la "selección final". Se acercó a ese restaurante para acomodarse en un banquillo a su lado.

Era sorprendente que sea un cazador de demonios a su edad, parecía ser de alrededor de 12 años mientras que él tenía 15.

— yo también quiero un poco de curry por favor — levantó levemente su dedo para llamar la atención del cocinero que anotó su orden.

— ¡Yo te he visto antes! ¿No eres el que llegó último en la "selección final"? — su sonrisa demostraba confianza y amabilidad que Tomoe no dudó en corresponder.

— veo que así me recuerdan — se llevó algo de decepción de no haber destacado por nada más que eso pero nada le quitaba su sonrisa.

— supongo que vienes por la desapariciones en esta ciudad, ¿No es así? — recibió con manos abiertas el plato de curry por parte del cocinero.

— si, ¿Lograste encontrar algún demonio? — su tono de voz bajo para que solo lo oiga el cabello de fuego.

— Uno, ya está muerto — la simpleza con la que lo dijo sorprendió bastante al contrario.

— vaya supongo que tarde en llegar — se quedó mirando su reflejo dentro del plato de curry frente suyo.

— no lo creas, incluso después de matar al demonio siguen habiendo desapariciones y además en varias zonas en cortos periodos de tiempo — con esas palabras logró que el chico pelinegro se detenga de comer su plato.

— ¿Estás diciendo qué....

— si, hay más de un demonio aún en esta ciudad — comía el plato disfrutando cada bocado que hacía.

— ¿Sabes si hay más cazadores de demonios por aquí? — disimulaba su sorpresa llevando comida a su boca.

— algunos más vinieron a este pueblo pero ninguno se acercó a hablarme pero eso no importa, ¿Cómo te llamas amigo? — miró fijamente al compañero de su lado.

— Tomoe Miriki, soy rango...Mizunoe, creo — terminó su plato de comida dejándolo sobre la barra.

— Kyojuro Rengoku, ¡Un gusto! — extendió su mano hacía el contrario esperando su respuesta.

— el gusto es mío, no me encontré con ningún cazador de demonios desde que me hice en uno — estrechó la mano de su simpático compañero.

— ¡Yo tampoco! Tomoe, Trabajemos juntos en esto — posó su mano sobre el hombro del ojos de cielo a su lado.

— claro, dentro de poco oscurecerá — miró apenas cielo a sus espaldas por una de las ventanas.

— tienes razón, yo aún no me he acabado mí curry — miró el plato en sus manos con cierta decepción por si mismo.

La noche no tardó en llegar oscureciendo la ciudad de no ser por las luces provenientes de faroles o lamparitas en las casas. Ambos cazadores caminaban por las calles totalmente vacías y silenciosas.

Tenían su guardia en alto por cualquier movimiento que suceda cerca preparados para atacar si un demonio se atrevía en hacer acto de presencia.

ahh, ayuda por favor — esa voz tan débil fue escuchada por el agudo oido de Tomoe.

— escucho a alguien — se detuvo en seco alertando a su compañero.

— por donde — desenfundó su espada de filo rojo.

— abajo — su mirada fue directamente al suelo sobre el cual estaba parado.

— entonces significa que deben resguardarse en túneles subterráneos pero...¿Que hace alguien aún vivo allá abajo? — se hizo esa pregunta usando el mango de su arma para apoyar su barbilla.

Relámpago Azul [Kimetsu no Yaiba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora