Sus figuras se hacían visibles por los destellos azules del cielo, estaban combatiendo, la chica se mostraba superior al espadachín de dos hojas que tenía muchas heridas por el cuerpo, la sangre ya cubría su piel casi por completo pero eso no lo detenía de moverse.
— ¡¿No puedes morirte ya?! — la demonio salto sobre él para cortarle los ojos pero fue detenida a medio camino.
Sabishi había contrarrestado cortando sus manos y ejecutando un movimiento giratorio para acabar por dividirla en dos, se regeneró a los pocos segundos pero seguía recibiendo cortes del humano que seguía presionando.
— ¡Tu respiración se vuelve agitada y tus ataques pierden fuerza! ¡¿Estás llegando a tu límite?! — como demonio se sentía humillada de que un humano le diga eso, no solo porque lo diga sinó porque estaba en lo correcto.
Llevaban horas peleando y ella no dejó de darle heridas letales al espadachín que venció en el Dojo Ryoma hace años, a cambió también recibió muchísimo daño que al principio no le importó por su regeneración pero ahora... no quería admitirlo.
— ¡Deberías estar muerto! ¡Es imposible que un humano pueda resistir en tu estado! — él no tenía regeneración como ella por lo que si la suya comenzaba a fallar en cuento a regeneración entonces él debería ser un cadáver andante.
— ¡No puedo morir! No es por algo sobrenatural ni "respiraciones" — comenzaba a avanzar cortando a la demonio mientras él también recibía ataques por su parte — no soy talentoso como ese idiota deprimido, ni un sabio como el maestro Ryoma pero... ¡Cumplo una promesa a toda costa! — la chica retrocedió de ese intercambio que no parecía tener fin entre ellos, entre ella que se regeneraba cada vez más lento y él que no se detenía.
— ¡¿Una promesa?! Eso es una ridiculez, ¿En qué te puede ayudar a sobrevivir todo eso? — estaba comenzando a sangrar ella y al esforzarse ya no se regeneraba a una velocidad común, era muy lento.
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— ¿Ya te vas? — la chica que Sabishi tanto derrotaba en el Dojo Ryoma lo estaba viendo tomando sus cosas antes de partir.
— si, Ryoma dijo que la forma de hacerse fuerte es enfrentando al mundo así que saldré a conocerlo — la bolsa donde llevaba sus cosas la colgó sobre una de sus espaldas que la apoyo en el hombro derecho propio.
— aún te odio, lo que le hiciste a Tomoe no te lo perdonaré nunca — era básicamente un recurrente agresor de ese chico enfermo que no molestaba a nadie.
— nunca te pedí disculpas de todos modos — no mostraba mucho interés en su perdón, después de todo eran solo palabras.
— ¿Piensas que si solo ignoras todo lo que ocurrió un día se olvidará? — Sabishi se encontraba estirando sus extremidades debido a que la conversación continuaba.
— las cosas no se olvidan — nada se olvida realmente y menos cuando fue algo de su calibre o una derrota humillante — pero puedes vivir con ello — esa había sido su conclusión final de todo lo que había ocurrido.
— ¿Y como vivirás? — aún se mostraba algo molesta por las palabras que usaba tan tranquilamente para contestar.
— seré el espadachín más grande de todos los tiempos — hubo un largo silencio tras esa aclaración totalmente decidida del castaño, pudo ver las mejillas de la chica inflarse hasta reventar.
— ¡Jajajajajaja que infantil! — toda la tensión que ella misma había formado se rompió por completo con esa risa desenfrenada.
— ¡Cállate! Ni siquiera se porque te lo digo — tomó sus cosas decidido a irse luego de haberse armado esa escena dónde se le ridiculizaba.
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Relámpago Azul [Kimetsu no Yaiba]
FanfictionLa historia de un cazador de demonios puede ser tan larga como corta