Cargaba sobre su espalda y con cada paso que daba a una pequeña Aoi, también llevaba su bolsa así que tenía bastante peso aunque eso no parecía dificultarle, realmente le costaba creer que su cuerpo estaba en el peor momento, él se sentía más fuerte que nunca.
Era de día y ya hace días que se habían alejado de aquella casa de alquiler, Tomoe simplemente se fue sin decir nada llevándose a la joven que tiene en su espalda, la comenzó a cargar mientras duerme para perder menos tiempo y llegar lo antes posible.
Tenía planeado ir a la finca mariposa pero en parte le incomodaba volver a ver a Kanae, no tenía motivos para dudar de Isha como médica y si lo que dijo era verdad ¿Por qué Kanae no se lo dijo antes? Ella en cambio lo animó y le hizo ver cómo si las cosas estuvieran bien, tendría que sacarle la verdad.
Acabó llegando a la finca mariposa por su cuenta, tal vez podía ser una mala costumbre suya pero tenía conocimiento sobre vários lugares que deberían quedar en secreto en el cuerpo de cazadores de demonios, debido a su oído era capaz de localizarse a pesar de que lo lleven a varios lugares con los ojos vendados, por ejemplo sabía dónde descansaba el patrón y hasta el pueblo de los herreros.
Aunque nunca le sacarían esa información así que él creía que no había problema, aunque tampoco tenía pensado contárselo a alguien por las dudas, le resultaba incómodo ser llevado por otros mientras no ve nada.
— ya llegamos Aoi — con un sutil y tranquilo tono despertó a la pequeña que cargaba a sus espaldas.
— ¿Que es este lugar? — asomaba sus ojos azules por encima del hombro de aquel cazador que la llevaba.
— gran parte de mi vida la pasé aquí jajaja, te presentaré a una amiga que debe tener mucha información sobre flores raras — cuando escuchó sobre su sueño inevitablemente pensó en la mujer que le salvó la vida más de una vez.
En la parte de atrás pudo ver entrenando físicamente a sus dos discípulos, parecían estar en rehabilitación así que de seguro debieron volver de una misión complicada, saltando sobre el tejado de la finca acabó aterrizando al frente de ellos.
Cuando ambos lo vieron abrieron sus ojos de golpe y lo analizaron de arriba a abajo, dejaron su entrenamiento para avanzar hasta donde estaba el joven recién llegado, parecían emocionados a pensar de tener vendajes por sus cuerpos.
— ho...
— ¡MAESTRO! — ambos gritaron mientras extendían sus brazos hacia arriba, no dejaron saludarlo por su emoción.
¿Acaso tanto lo admiraban? Todavía no les había enseñado nada en absoluto, se había olvidado el corazón que tenían ambos y lo animados que podían llegar a ser.
Warui, el castaño de bandana le había dado media vuelta a su superior para encontrar a la pequeña Aoi algo nerviosa, él se vió bastante impresionado y acto seguido Kareta también lo notó.
— maestro ¿A quien trae? — la chica de cabello corto le mostró una sonrisa a pequeña para no intimidarla.
— ¡¿Acaso trajo a una nueva discípula?! Es increíble maestro Tomoe — el chico robusto levantó nuevamente la voz resaltando su emoción.
Cualquier intento de tranquilizar a Aoi por parte de Kareta se veía inútil por la hiperactividad de Warui, era un dúo realmente curioso así que no le extrañaba que se lleven bien, hasta le alegraba tenerlos cerca.
Escuchó unos pasos rápidos acercarse, parecía estar corriendo por dentro de la finca pero a último momento comenzó a caminar, saliendo estaba Kanae que vió directamente a dónde se encontraba Tomoe.
Ella le mostró una sonrisa pero él inmediatamente analizó su rostro, tenía... ¿Ojeras? Eran diminutas pero se veían si se ponía atención, su ritmo cardíaco era diferente a lo usual así que definitivamente no estaba como siempre.
ESTÁS LEYENDO
Relámpago Azul [Kimetsu no Yaiba]
Fiksi PenggemarLa historia de un cazador de demonios puede ser tan larga como corta