Raijin e Jigoro

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En la residencia del anciano gruñón conocido como Raijin habían ahora dos hombres mayores de edad, no era común recibir visitas de un amigo como Jigoro, después de todo, este tenía ya discípulos quienes guiar.

— estás extrañamente callado Raijin ¿Ocurrió algo? Normalmente gritas para echarme — notó a su amigo diferente, algo le estaba pasando dentro de la cabeza.

— lo sé, lo sé, solo me molesta una de las muchas voces en mi cabeza — el mayor de los dos se mostraba algo cansado, no era algo propio de él.

— voces... a diferencia de ti yo nunca maté a una persona por lo que no cargo con esos pesares, pero creo que en tu caso sientes culpa. Es imposible reparar los daños hechos en el pasado pero se puede construir y cuidar algo del presente — realmente eran palabras sabias con intenciones de ayudar a su viejo amigo.

— ¿Construir y cuidar? Basura, un lobo solo sirve para cazar, mi tiempo ya pasó y solo me queda esperar a que la muerte llegue a mi residencia — era conciente de su edad y mala salud, no buscaba reparo o alternativa a seguir adelante.

— error, te conformas con lo sencillo. Un lobo todavía puede enseñar luego de haber pasado su tiempo de juventud — le sirvió un poco más de sake a su amigo para que le preste atención.

— ya enseñé a cazar a dos cachorros — sus únicos discípulos quienes actualmente estaban en posiciones totalmente opuestas.

— un lobo no enseña a cazar. Enseña a sobrevivir — calló al viejo Raijin con esas palabras, era una crítica a lo que había estado haciendo hasta ahora — la joven Isha me contó sobre Tomoe, ese muchacho aprendió a sobrevivir por su cuenta, tal vez haya aprendido a cazar pero en el  aspecto al que me refiero, eres un pésimo maestro — lo dicho con el pasar de los segundos le provocó una risa al mayor.

— si no sabes usar la espada, el mundo te comerá vivo — tomó un trago de sake diciendo aquella frase suya, no era la primera vez que Jigoro la oía.

— tu eres la muestra de ello ¿No es así? Dime, ¿Acaso te sentirías orgulloso de que Tomoe se vuelva como tú? — lo que había dicho definitivamente no le gustó al anciano de barba larga.

Este guardó silencio, a pesar de haberse molestado tampoco renegó, era conciente de lo que había hecho mal pero tampoco mostraba arrepentimiento.

— él quería ser fuerte, jamás lo será si le dan abrazos y besitos. Solo le mostré como es el mundo real — bebió su taza de un solo trago tras decir eso.

— ¿Acaso la fuerza es poder matar a otro? — su compañero y amigo no estaba de acuerdo — ¿Que significa ser fuerte para tí Raijin? — con sabiduría, buscaba un punto en común o de acuerdo para poder hablar.

— ¿Que significa ser fuerte? Obviamente, tomar una decisión importante, cuando estás realmente arrinconado y sin opciones, se necesita fuerza para crear una opción — lo tenía claro, después de todo vivió muchos años com su propio modo de hacer las cosas.

— entonces, eliges exponer a tu propio alumno a situaciones y torturarlo mentalmente solo para "hacerlo fuerte" — después de todo realmente hizo un esfuerzo desmoronando a un joven para que abandonara su camino.

— jajaja has sido muy acertado con esas palabras — la forma en la que no se tomaba en serio sus propias acciones se ganó una mala cara por parte de Jigoro.

— si vuelvo a ver a ese muchacho, sentiré lastima cuando frente a mí no esté el mismo chico que vino a pedirme una espada — el menor de los ancianos se mostró muy apenado por ese hecho.

— eres realmente idiota Jigoro, el agua seguirá siendo agua por más que cambie de color, aunque pasen años y trate de cambiar hay hechos que nunca lo harán. Yo desde que maté para obtener mi nombre, no dejé de ser un monstruo, por más que trate de criar niños como Isha o Tomoe, nunca dejaré de serlo — está vez estaba bebiendo directamente de la botella de sake.

— no digas es...

— Tomoe por su lado, por más que lo intente, por más que mate personas o trate de asemejarse a mí. Es una buena persona y no dejará de serlo, quiero que sea lo suficientemente fuerte como para tomar sus propias decisiones aunque eso signifique estar en mi contra. Si por alguna razón mi "tortura mental" hace que deje su espada y se aleje de este peligroso mundo de lobos pues está bien, a él le queda mejor el papel de pueblerino felizmente comprometido con su familia — esas palabras habían dejado sin habla a su compañero de copas, había sido tan repentino que solo quedó en silencio.

Era... un monstruo.

Uno que intentaba ser buena persona.

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Otro capítulo cortito.

Disculpen!!!

Realmente estoy teniendo problemas con los capítulos que se avecinan, es que ya se acerca el final y hay tantas cosas que quiero que salgan bien.

Ahhh!!

Bueno, un poco sobre Raijin, más o menos para limpiar un poco su imagen de mal maestro, osea, es una mala persona eso es obvio pero hace un esfuerzo de ser a su propio criterio un buen maestro.

También sobre Tomoe, y ese algo que él tiene que lo hace ser Tomoe.

Nuestro prota es una buena persona y no dejará de serlo, eso provoca que actualmente se castigue tanto por haber acabado con vidas.

Y aunque mate a una persona, le falte el respeto a alguien o tome una decisión totalmente irracional... seguirá siendo Tomoe.

~Goodbye~

Relámpago Azul [Kimetsu no Yaiba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora