Capitulo 7

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Los ojos del pelinegro lograron abrirse completamente encontrándose con los de una chica vendada en ciertas partes del cuerpo de cabello grisáceo al igual que sus ojos perdiéndose en ellos con facilidad.

— ¡Despertó! — alzó la voz después de conectar miradas por unos segundos.

— ¿Quién eres? — le costaba mucho mover su cuerpo sintiendo ardor por toda su piel.

No era necesario un oído agudo como el del chico para escuchar pasos subiendo rápidamente hacía la habitación entrando a esta misma dejando ver a Kyojuro totalmente vendado.

— ¡Que bueno que despertaste! Me tenías preocupado Tomoe — miró al pálido recostado sobre delicadas telas carmesí con una gran sonrisa mostrando su felicidád.

— Kyojuro, te ves terrible aunque yo tampoco puedo decir mucho — no pudo evitar sonreír al ver a aquel niño vivo.

— si, hubiera muerto de no ser por Miko — se sentó a un lado de la nombrada haciendo que esta tome un bocado de aire.

— soy Miko Yoake, gracias Tomoe y Kyojuro por salvarme debido a un descuido de mí parte — realizó una reverencia tocando su frente contra el suelo.

— no hace falta que lo digas, es la cuarta vez ya — el pequeño rubio solo rascaba su cabeza algo avergonzado con un leve rubor en sus mejillas.

— yo debería agradecerte, supongo que ayudaste a traerme aquí — sonreía con las pocas fuerzas que tenía en ese momento.

— bueno, si pero antes de traerlo  aquí otra cazadora llego al lugar dándole un antídoto para detener la infección — esas palabras sorprendieron al joven pelinegro abriendo sus ojos de sorpresa.

— ¿En serio? — miró al rubio algo confundido por esa aclaración por parte de la chica.

— si, era una chica realmente amigable pero por el momento de prisa me olvidé preguntarle su nombre aunque llevaba puesto un haori con diseño de mariposa — levantaba sus brazos para similar las alas de esos insectos que viven tan poco.

— vaya, quisiera conocerla para agradecerle correctamente — su voz era débil debido a la pocas fuerzas que tenía.

— para mañana deberías poder moverte, tu cuerpo aún se está recuperando — elevó su pulgar contagiando su positividad al debilitado.

— ¿Tu estás bien? Terminaste muy herido, tal vez no debimos separarnos tan rápido — no podía evitar sentir culpa al ver las vendas de su joven compañero.

— estoy bien, mañana podré volver al servicio — se quitó las vendas de su abdomen mostrando que solo tenía una cicatriz.

— ¿Cuántos días pasaron? — se dió cuenta que una herida no se cicatriza de un día para otro.

— una semana desde la misión — esa aclaración solo hizo que el pelinegro suspire por ya tener una suposición de aquello.

— tu estás bastante bien, ¿Por qué no volviste al servicio aún? — miró las pocas vendas de la chica que mostraban su total recuperación.

— necesitaba agradecerle y también... Kyojuro me dijo que podría acompañarlos — desvío su mirada hacia el el inocente niño a su lado que solo sonrió con su pulgar arriba.

— claro, soy Tomoe Miriki — hizo su mayor esfuerzo para levantar su torso extendiendo su mano hacía la chica que no dudó en corresponder.

— ¡Genial! La comida estará lista dentro de poco — el pequeño rubio se levantó para dírijirse hacia el piso de abajo escuchándose sus pasos al bajar las escaleras.

Relámpago Azul [Kimetsu no Yaiba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora