Capitulo 34

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Podía verse a tres personas recostadas sobre el suelo encima de unas mantas, sus cuerpos repletos de vendajes, parches y tubos para transplante de sangre.

Eran Tomoe, Miko y Sabishi recibiendo tratamientos expertos de un médico, era un hombre mayor aún con un color negro en su cabello a pesar de parecer estar alrededor de los 52 años, llevaba el uniforme de los cazadores de demonios y una nichirinto.

— estarán bien, menos mal que sus cuervos me encontraron viniendo hacia aquí — habló hacia la única conciente de lo tres quien era la chica de cabellos grises.

— es una suerte que el cuerpo de cazadores de demonios todavía tengan médicos activos — de no ser por eso posiblemente hubieran muerto desangrados luego de esa larga batalla.

— si usted estuvo solo 2 días inconciente, no es para quitarle mérito pero usted a comparación de esos otros dos chicos ya puede caminar tranquilamente al recibir no recibir heridas tan graves con ellos — al decirlo la chica se pudo poner de pie para tomar su espada.

Podía ver sus cosas a un lado, al caminar a ellas pudo ver a su amigo y compañero con quién tuvo peleas luego de tanto tiempo sin verse, estaba inconciente y no parecía que fuera a despertar en un buen rato.

— supongo que carezco de una motivación para vivir más allá que acabar con un demonio... ¿Un libro? Es gracioso pero... me gustaría leerlo cuando lo termine — colocándose su uniforme correctamente fue poniendo sobre sus hombros su capa con pelaje.

— esos dos necesitarán bastante tiempo de reposo luego de ésto ¿Es posible que uno de ellos no sea un cazador de demonios? — el hecho de que no tenga espadas nichirin respondía esa pregunta por sí misma.

— solo es un idiota, uno que de alguna manera sobrevivió contra un demonio — vió por unos momentos al castaño que todavía estaba inconciente, luego precedió a encaminarse hacia la salida.

— ¿Te vas? — el hombre mayor notó como estaba tomando sus cosas que no eran pocas, tenía muchas armas además de su espada.

— debo seguirle la pista al demonio que busco ahora que tengo una información muy importante — finalmente había acabado de equiparse sus cosas para ver en dirección al hombre — el de cabello negro se llama Tomoe, cuando despierte dígale que me gustó verlo y... que perdón por tratar de dejarlo de lado en la misión, estaba preocupada por él pero me demostró que desde ahora priorizará su vida en éste trabajo — lo dijo con una ligera sonrisa, se alegraba de que pudiera encontrar algo realmente bonito por lo que vivir... a diferencia de ella.

— de acuerdo — asintió accediendo a cumplir con ese pequeño favor que le encomendó.
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— ¿Eso fue lo que dijo? — Tomoe ya estaba despierto y reaccionó luego de lo que le contó ese hombre — supongo que no debo interponerme en su venganza personal, por cierto ¿Cómo de llama usted señor? — ese "señor" los había sanado y prácticamente salvado la vida por lo que mínimo tenía que saber eso.

— Hogo, solo Hogo — tenía un maletín dónde cargaba con todo su equipo médico, de ahí sacó una bufanda blanca que rodeó su cuello.

— le agradezco que nos haya salvado — miró unos momentos a Sabishi que estaba apoyado sobre sus brazos detrás de su cabeza en silencio — de parte de ambos — suponía que el espadachín castaño no iría a agradecer nada de nada a nadie.

— me alegro de al menos ayudarlos, tengo una misión urgente por lo que debo irme — tomando sus cosas se estaba preparando para irse de esa casa con emblema de glicinas.

Tomoe se despidió de aquel hombre que se fue, cumplió su trabajo y simplemente se fue sin tratar de entablar una relación, el chico manco respetaba eso ahora con la cabeza en su sitio.

Relámpago Azul [Kimetsu no Yaiba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora