Relámpago Azul [Kimetsu no Yaiba]

capitulo 37

Los ojos de Tomoe estaban por salirse de su cabeza al ver el siguiente entrenamiento, el pilar de la roca simplemente estaba de pie a su lado como si fuera completamente normal.

Llamas que formaban una línea recta iluminaban al chico que había normalizado demasiado el frío, ahora era completamente lo contrario pudiendo incluso ver el carbón en el suelo que mantenía el fuego vivo.

— luego del primer entrenamiento ya sabes lo básico, ahora el siguiente paso es sobrellevar el dolor extremo del fuego — el enorme hombre de tez oscura se encontraba descalzo y como si nada comenzó a caminar sobre el carbón avivado.

No mostraba signos de dolor y las llamas cubrían por completo sus pies, de seguro era por su cuerpo increíblemente fuerte pero su piel ni siquiera se quemaba, caminó por todo el recorrido de carbones y lo acabó sin ningún problema.

— esto requiere un nivel realmente avanzado y con lo básico debería ser suficiente para usted Pilar del Relámpago, es decisión suya si quiere hacer este entrenamiento. si no quiere hacerlo o si lo hace pero cambia de opinión dígame y le daré el siguiente entrenamiento — con eso dicho procedió a sentarse a unos metros del final del camino de fuego, de una forma que parecía esperar a Tomoe.

— lo haré — ya tenía los pies descubiertos desde el entrenamiento anterior así que solo debía mentalizarse.

Había alcanzado ligeramente el sentimiento luego de tanto tiempo en el arroyo, se concentró en esa emoción cerrando sus ojos para relajarse, el pie derecho se acercó hacía las llamas y lentamente aterrizó sobre el carbón.
Sus pantalones estaban subidos hasta las rodillas por lo que no había peligro de que se quemara, pasaron unos segundos hasta que el joven de tez clara abrió los ojos de golpe.

— ¡Ahhhh! — saltó hacia atrás agarrándose de su propio pie cayendo de espaldas contra el suelo despejado.

No era para nada lo mismo, con el agua apenas sentía un ligero dolor de la presión de la cascada, comparado con el dolor de quejarse y pisar carbón al rojo extremo entonces los intentos eran limitados, se calmó poco a poco para ir despejando el dolor en los pies de su mente.
Realmente debía tener una idea clara de que lo haría, si lo intentaba demasiado y no lo lograba corría el peligro de quemar por completo sus pies, así Kanae realmente lo sacaría a patadas del cuerpo de cazadores de demonios.

Se recostó en el suelo solo para pensar, no sabría cuánto tiempo le llevaría pero no sería poco si debía evitar daños serios, el hombre ciego simplemente se mantuvo quieto en el lugar aún habiendo escuchado el grito de dolor del muchacho.

— piénsalo bien — él ya sabía sobre su condición por lo que entendía que necesitaba pensarlo mucho más que cualquier otra persona, tampoco iba a detenerlo porque tenía que ser decisión del pilar del relámpago azul.
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Lo había intentado nuevamente pero solo podía llegar a poner uno solo antes de sentir el dolor, es como si no fuera suficiente con lo que estaba haciendo, necesitaba algo más...

— tal vez una emoción todavía más fuerte, un recuerdo realmente profundo podría ayudarme a sentir eso pero... ¿Que recuerdo es más importante que el primer libro que leí? — la clave de los entrenamientos era el control sobre las emociones por lo que ese recuerdo le daba cierta emoción que solo debía memorizar y replicarla.

Debía encontrar una emoción todavía más fuerte, por lo tanto un recuerdo todavía más importante o... impactante.
Respiró hondo para cerrar sus ojos dispuesto a llegar a ello, buscando entre sus mente a los pocos minutos encontró algo.
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Era un día lluvioso, estaba herido como pocas veces pero nada de eso le importaba, frente a sus ojos azules tenía presente el cuerpo sin vida de uno de los pocos a los que pudo llamar seguidamente amigo.