Al parecer la pilar de la flor de encontraba ocupada en una misión dejando al chico de cuerpo débil solo en su residencia, o eso creía él hasta que comenzó a oir pasos resonando en el suelo de madera del lugar pero en ningún momento se mostraba, habían pasado horas y al menos ahora podía mover su cuerpo para sentarse contra la pared.
Sentía bastante hambre logrando oírse un ruido leve de su estómago que fue el comienzo para más dolores en todo su cuerpo, no pudo evitar soltar algunos quejidos mientras hacía lo posible en no moverse mucho, unos ligeros pasos que intentaban ser silenciosos se acercaban a esa sala por lo que giró su mirada dirección a la entrada.
— hola — su voz aún era débil y lenta pero hizo lo posible para que aquellos ojos morados que se asomaban por la puerta pudieran oírlo.
Al entrar pudo ver que era una niña mayor a los 10 años con el cabello ligeramente largo que llegaba hasta sus hombros, solo dos mechones cortos sobresalían por su cabeza dejando su frente al descubierto, tenía puesto un haori completamente blanco cerrado logrando apenas ver que llevaba una camiseta negra de cuello largo, con ella llevaba una bandeja con un tazón de arroz y dos vasos de agua dejándolo a un lado del mayor.
— gracias, ¿Eres la hermana de Kanae? — podía notar ciertas similitudes en esa pequeña que le recordaban a ella, además de estar en su residencia.
— me llamo Shinobu Kochō, ella me encargo cuidar de usted hasta que vuelva de su trabajo — realizó una reverencia al mayor que se dispuso a tomar los palillos de madera de forma lenta.
— me llamo Tomoe Miriki, es un gusto conocerte — no era capaz de corresponder a la reverencia logrando apenas tomar el tazón y acercarlo hacía él.
— ¿Necesitas ayuda para comer? Mí hermana me dijo que cuando despertara sería incapaz de hacer cualquier esfuerzo — pudo ver cómo le costaba llevar la comida a su boca pero este tan solo mostró una leve sonrisa.
— estoy bien, puedo hacerlo solo — ella asintió al escuchar sus palabras que terminaron con una leve risa casi imperceptible.
— ¿Necesita ayuda en algo? — aún sentada a su lado se dispuso a mirarlo devorar su plato.
— hum... ¿Podrías traerme una pluma? Necesito anotar algo — asintió para después levantarse y comenzar a caminar fuera de la habitación.
Llevó su mano hacía el interior del haori celeste que aún traía puesto pero al buscar entre los espacios se dió cuenta de que no había nada, giró su vista hacia donde se encontraba la pequeña flauta y el arma pero tampoco había nada más, se dispuso a relajar su propia respiración buscando nuevamente pero tras algunos minutos no encontró nada.
Acaso... ¿Se le podrá haber caído durante la misión? Había pensado demasiado en cada palabra como para que lo haya perdido, estuvo meses invirtiendo tiempo y ahora eso se encontraba reducido a lo que tenía en su cabeza, pudo ver a la niña volver con la pluma dentro de un bote de tinta con un pequeño cuaderno de hojas blancas.
— aquí tiene, mí hermana me dijo que a usted le gusta mucho escribir — tenía una bonita sonrisa en su rostro mientras le acercaba la pluma.
— ¿por casualidad no habrás visto que se me haya caído algo cuando llegue aquí? — la contraria tan solo negó con su cabeza provocando que sus leves esperanzas quedarán en lo más bajo.
Por alguna razón ella no se iba de su lado mostrando todo el tiempo esa sonrisa tan inocente, no tenía nada en contra pero pensaba en la posibilidad de que Kanae le haya pedido que esté todo el tiempo a su lado, repentinamente escucharon golpes en lo que parecía ser la entrada de la residencia por lo cual la menor fue a comprobar que era.
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Relámpago Azul [Kimetsu no Yaiba]
FanfictionLa historia de un cazador de demonios puede ser tan larga como corta