capítulo 30

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DIA 46

La noche anterior, Carl fue a por mi al hospital, le insistí en quedarme, pero los padres de Niall dijeron que iban a informarme cualquier cosa pero las noticias no llegaban. Pasé la noche llorando en mi habitación, acostada en mi cama, queriendo hacer algo pero nada podía hacerme sentir bien. No se trata de una discusión, de un error o una pelea, se trata de no saber qué sucede, ni siquiera saber si saldrá de esto con vida.
Y yo así, sentada, queriendo hacer algo. Es terrible saber que no hay nada para hacer, más que sentarse a pensar y pensar.
¿Cómo estará él en este momento? ¿Tendrá tubos en su rostro? ¿Se verá igual de pálido que siempre? ¿O peor?

-______-llamó la abuela abriendo la puerta- ¿Vendrás a desayunar?

-No- dije firme.

-Pero debes comer algo.

-No.

-Por favor…

-No- dije soltando el llanto.

-Hija…- dijo desde la puerta- Sentarte a pensar no hará nada- dijo y suspiré.

-Lo necesito abuela- dije tapando mi rostro y ella suspiró cansada.

-¿Por qué no bajas un rato con nosotros?- preguntó cuando en eso mi teléfono sonó así que enseguida lo contesté.

-¡Hola!- exclamaba Niall en una voz muy ronca.

-Dios mío- dije suspirando del alivio- ¿Qué te sucedió?- pregunté arrodillándome en la cama mientras la abuela se iba por la puerta.

-Nada, fue solo un susto- dijo riéndose y tosiendo.

-¿Puedo ir a verte?- pregunté aliviada y se rió.

-Mmm… No sería la mejor idea… ¿Seguirás queriéndome después de verme ahora?- preguntó y me reí.

-Claro que si- dije y suspiró aliviado. Simplemente colgué el teléfono y salí de mi habitación, sin importar lo que decían o si me detenían, monté mi bicicleta y pedaleé al hospital, donde al llegar, ya había gente en los pasillos hasta llegar a la habitación que me dijeron. Era una puerta de madera donde dentro, estaba Niall y en su camilla de al lado había otro chico que parecía ser más pequeño pero dormía muy profundo.

-Hola- dijo muy sonriente y le devolví el gesto.

-No te ves tan mal- dije y se quitó la sabana que lo cubría. Estaba en bóxers y pude ver que tenía moratones en su abdomen que subían a su cuello, al igual que se veía muy poco nutrido.

-¿Puedes creerlo?- preguntó mientras yo me asomaba a la camilla. No quería tocarlo, siento que si lo toco, arruinaré todo, y se romperá- Muero de hambre- dijo- Como sin parar y dentro de cualquier momento se me salen las costillas- dijo mirando su cuerpo y suspiró cansado.

-Ay dios- dije molesta- ¿Por qué lo dices?

-¿Sentiste la indirecta?- preguntó con una sonrisa divertida, muy orgulloso.

-Idiota- dije y se rió.

-Me dices idiota, me estoy muriendo- dijo riéndose y echó su cabeza en la almohada.

-Ya, tapate- dije tapándolo con al blanca sabana pero él se destapó.

-Tengo calor- dijo y lo fulminé con la mirada- Es que me calientas- dijo y le di un golpe en el brazo.

-¡Ay!- dijo arrugando su rostro de dolor y se retorció dándome la espalda- Ay mierda- decía en un hilo de voz del dolor- ¡Llama a la enfermera!- decía casi que gritando, sollozando del dolor- Duele, duele, duele- decía y de la nada se quedó quieto.

White Flag (N.H) #wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora