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Otra larga noche, sentada en mi cama, mirando al techo, las luces de navidad que se encienden y se apagan.
Y otra vez esas preguntas: ¿Qué sucediera si yo fuese otra persona? ¿Alguien alguna vez piensa en mí?
Mi vida depende de levantarme, escuchar una canción, leer un libro e ir al instituto.
Siempre quise ser de esas chicas que se llevan bien con todo el mundo, esas personas que le agradan a cualquiera, esas personas que no le importa lo que los demás digan, pero, como nunca seré nada de eso, solo digo que odio esa clase de cosas.
Odio mi vida. Odio el mundo. Mi vida me odia. El mundo me odia.
A veces, solo quiero llorar en los brazos de alguien y pedir ayuda, pero, nadie sabe que sufro tanto por dentro y lo más ridículo es que no tengo razones para sufrir más que las clásicas: me siento gorda, soy fea, nadie me quiere y todas esas estupideces que lamentablemente se pasan por mi cabeza.
Lo eh intentado todo por encajar, pero, fue lo peor que pude haber hecho.
Me odio, pero cuando lo digo, no es como las otras chicas que dicen “Me odio” y luego andan coqueteando con otros chicos o lo dicen para que otras personas les digan “Debes quererte, eres hermosa” ¡Puras burradas!Sé que suena egoísta, sé que es egoísta pensar que soy la única que piensa en eso, sé que es egoísta pensar que nadie me comprende, es egoísta.
Pero, mi madre siempre dice que las oportunidades están frente a nuestras narices, pero nunca las vemos por tercos, aunque no creo eso.
Muchas veces eh sentido que las oportunidades me cierran la puerta en la cara, dejándome en una habitación sola, observando puertas cerradas, excepto una, a la cual entré pero dentro, solo era una habitación blanca.-______-llamó mi abuela de la puerta de afuera.
-¿Si?- pregunté mirando el techo.
-¿Bajarás a cenar? Te preparé tacos, tus favoritos- dijo con ternura y bajé a cenar.
Hablaré un poco de mi vida. Vivo con mis abuelos y mi madre, pero mamá vive trabajando así que, solo vivo con los abuelos. Y listo, ellos son las únicas personas que me importan. De vez en cuando, mi hermano mayor, Carl, viene a vernos ya que él está en la universidad y ahora, vendría por sus vacaciones con dos de sus amigos; Eric y Niall. Eric me agrada, mucho, pero Niall… ese tal Niall, tan arrogante e idiota. ¿Por qué lo odio tanto? Pues, una vez me encontró cortando mis brazos y molesto, comenzó a quitarme mi cutter, me dijo que estoy loca y que soy una idiota, luego, le contó a Carl… Y… Carl, a mis abuelos y mis abuelos se vieron obligados a pagarme psicólogos.
Al sentarme en la mesa, mi abuelo George me sonrió como siempre lo hacía y comenzó a contar sus chistes aburridos, siempre eran los mismos.-¿Sabes qué hace una rata en un pajar?- preguntó tiernamente mientras la abuela servía.
-¿Qué no tienes otros chistes?- le pregunté y me quedó mirando con decepción al igual que la abuela.
No dijo nada más, solo comimos en silencio y al terminar, me levanté y volví a mi habitación, donde entré en el baño, me quité la ropa quedando en ropa interior y me miré al espejo. Limpié el maquillaje que me había puesto ese día y ahí si vi mi rostro, lleno de ojeras, con el maquillaje corrido. Fregué mi rostro en agua fría para sentirme mejor, pero esa sensación de odio no se salía de mi piel. Es incontrolable.
Molesta, me arrodillé frente al inodoro y metí mis dedos en mi garganta hasta tocar mi campanilla y luego, sentí el terrible sabor subir de mi estomago a mi garganta y luego, vomité mis tan amados tacos.
Luego, me senté al lado del inodoro, llorando y arrepintiéndome de haberlo hecho.-No tuve que haberlo hecho- dije en un susurro y tapé mi rostro.
Las voces resonaban en mi cabeza, las palabras de mis viejos psicólogos diciendo que yo no tengo solución, que todo depende de mí. Las voces de mis compañeros de instituto diciendo que soy un bicho raro, que no puedes acercarte a mi porque lastimaré.
Otras personas, dicen que están solas, pero, luego, se juntan con otras personas. En cambio a mi… ¿Alguien puede escucharme? ¿Alguien puede verme? ¿Alguien puede entenderme? ¿Alguien puede ayudarme?
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White Flag (N.H) #wattys2015
Teen FictionUn error, en una sola milesima de segundo, puede cambiar por completo tu vida.