BCSM [👼]KookTae ¡COMPLETO!

Capitulo 2

Kim Taehyung.

Con una taza de humeante sangre acompañando una nueva semana, me encuentro en la azotea donde disfruto de mi ropa secarse gracias a los tendederos y el agraciado viento de la mañana me hace suspirar.

La herida en mi espalda parece cicatrizar bien a la presencia de mis nuevas alas que nunca me había dado a la tarea de utilizar, por lo que siento un peso demás. El problema ahora era el plumaje que se cae por cualquier movimiento atrayendo a mis molestos vecinos.

Entrecerrando mis ojos cierro mi boca para guardar el aire y dando un paso atrás me encuentro con la rubia enana de Jeon Jiwoo que trata como cada mañana arrancarme la cabeza, en cuanto suelto el aire la veo encima de mi barandal.

−Niña, son apenas las diez de la mañana. ¿No tienes que ir a la escuela o algo así?

La veo sacar de su abrigo una daga, estira su mano y haciendo movimientos que intentan cortarme no le encuentro sentido, pues como había mencionado que poseía el don de retroceder el tiempo.

−Así que es eso. −Por fin escucho su voz una muy suave y de un tono bajo− Puedes retroceder el tiempo, ahora entiendo porque mis fechas nunca logran tocarte.

−Así es y así como tu guardián, se dio por vencido es hora que hagas lo mismo. −Le digo molesto por la rutina de siempre− Deberías hacer algo más productivo como. ¡AHHH!

Me quedo eufórico al ver las sabanas que me había tomado lavar a mano estar ahora regadas en el suelo. Regaño a la chiquilla que sin inmutarse se encarga de tomarlas y llevarla hacia esa máquina que me recomendó Hoseok que usara.

Al ver la combinación de botones me quedo asombrado, pero más me quedo encantado al ver las sabanas salir de la secadora aun más limpias sin rastro de sangre.

−Oye, muy buen trabajo niña, si que sabes usar ese arcaico aparato. −La sigo para verla ahora tender las sabanas, estando a punto de terminar le doy cincuenta pesos que dejo sobre su mano y con ello unas palmaditas− Cómprate lo que quieras. Buen trabajo.

−Jungkook me dijo que no acepte dinero a extraños.

−No soy ningún extraño, la gallina con alas de tu protector me conoce. −Veo al fin cambiar esa cara seria por una curiosa− Sí, así es. El cuidaba de mi cuando era un querubín, eso antes de que decidieran cortar mis alas.

− ¿Por qué renunciaste a sus cuidados?

−Vaya, hasta que al fin estamos en sintonía, pues veras pequeño querubín lo que paso entre él y yo fue.

−No te corresponde decírselo. −Habla una tercera vez y con eso veo al arcángel aparecer de repente frente a nosotros, Jungkook mira a su subordinada− Jiwoo. ¿No llegas tarde para la escuela?

−Lo siento, maestro...

Ella se retira, extiende sus bonitas alas y la veo volar lejos de nosotros. Yo en cambio sigo maravillado, había encontrado Jungkook una chica linda con la que convirtió como subordinada, pero mi asombro desaparece en cuanto me encuentro con ese entrecejo y mueca.

Dejo mi taza descansar en el barandal y me cruzo de brazos.

− ¿Por qué eres tan duro con esa niña? −Cuestiono con extrañeza− Cuando cuidabas de mi era muy dulce y con cabello rubio. ¿Los arcángeles tienen permiso de teñirse?

Vestido de negra y con una chaqueta de cuero se recarga en mi barandal, peina sus mechones largos hacia atrás para ver bien esa tremenda mueca.

De verdad que su supremo sabía hacer ángeles más haya de la imaginación, el niño que había crecido tan bien.

−Si ya terminaste de comerme con esos ojos de demonio, me gustaría hablar contigo. −Habla directo y se me olvida que puede leer mi mente− Los demonios no tienen alas. ¿Por qué de repente las tienes?

−Por novena vez, ya no soy un demonio. −Gruño por su insistencia− Estas alas son un castigo de mi padre, creo estas alas con mi dolor durante tres días.

−Si fue un castigo, pareces manejarlo bien.

−Sabes bien que el don que tengo me permite manipular el tiempo, el castigo para mi aun adelantando el tiempo duro un segundo. Mas el dolor que aun siento por estas malditas alas de pollo extenderse me está matando.

−Si piensas que esas alas son castigo suficiente para ti estas mal, en cuanto los arcángeles sepan que fuiste un demonio y estas aquí, te exterminaran.

Había olvidado comentar que mi desaparición para ellos era la peor de sus pérdidas, tenían en mente convertirme en un arcángel, pero fui mi huida y mis inicios de convertirme un demonio lo que no sabían ellos.

−Que sigan pensando que estoy muerto −Bostezo con cansancio−. No veo porque un ángel caído pueda afectarles ahora, no lo pienso hacer y no lo haré.

−Un demonio no cambian, eres uno de los pecados capitales.

−Sígueme considerando una amenaza y te responderé como lo que esperas. −Le sonrió con dulzura y perdiendo la respiración un momento corto nuestra distancia para que ve mea en un parpadeo a unos centímetros de su rostro− Además, si eres tu quien me extermina, me vas a romper el corazón.

−No le voy a mostrar a los arcángeles que el querubín que veían como su esperanza, se haya convertido un demonio seguidor del inframundo. −Me enfrenta aun sin importarle la cercanía me mira desde abajo− Cuando encuentre la forma de exterminarte lo haré.

−Oh, Jungkokie. No tienes que buscar entre códices y pergaminos como terminarme. −Mi mano diestra se estira hasta desvainar esa espada bendita y llevando su mano a sostenerla le pido que encaje la punta− Apunta a mi corazón y acaba con esto de una vez, me ahorrarías problemas en el futuro...

Con una sonrisa y su mano encima de la mía dejo que me presione la punta de su arma, en cuanto me ve sangrar por encima de mi camisa detiene el tacto, me arrebata la espada y la vuelve a guardar, pasa a un lado de mi extendiendo sus alas y con ello se lleva mis burlas. 

−Aun hay algo de demonio dentro de ti.

−Gracias por el cumplido. −Miro hacia el cielo y le doy una pista− Oye. ¿Crees que vaya a llover pronto?

Lo veo volar movimiento sus fuertes alas lejos de mi vista en cuanto lo veo perderlo de vista suspiro volviendo a tomar la taza vacía.

−Ye arrepentirás de no obedecerme, kookie −Me burlo mirando como las nubes espesas cubren el cielo y es aquella magia demoniaca lo que me hace creer que es obra de mis hermanos demonios− Los seis ya descansaron lo suficiente y no se tentaran en atacar.

Bueno, ese ya no es mi problema mi única preocupación ahora es que se seque mi ropa.