Capitulo 20

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🌻🌼🌷

Kim Seok Jin.

Que bonito. ¿No crees?

Puedo sonreír bellamente mirando las flores que cree dentro de la habitación, margaritas de colores imaginables y la cama llena de pétalos rojitos; el color favorito de mi esposo. Ahora tenia todo listo para tener un bebé, eso hasta pensar en el vino tinto que tanto le gusta mi amorcito.

La bebida es su única debilidad y eso dormiría por un momento sus poderes.

Dejo el bello conjunto sobre la cama, salgo de mi nidito de amor para extender mis alas desde el balcón para ir a la bodega del jardín donde se encuentra dicha bebida, pero es mi aterrizar y un sonoro musitar de palabras malas que me hace dar cuenta que hay un demonio frente a mía.

−Uh, un demonio. Chu, chu. −Muevo mis manos esperando de que se vaya de mi bello jardín, pero consigo que se ría de mi− Vete, tus piernas arruinan mis peonias.

−Eres el arcángel de la creación. ¿No es así? −Su gran arma la hace caer sobre el verde césped haciéndome hacer un puchero− No quisiera lastimarte, bonito. Vine a dejarle un mensaje a mi hermano mayor.

− ¿Taehyung? Uh, claro se lo daré. ¿Qué pasa?

−Prefiero dejárselo en escrito con tu sangre, gracias. −Sostiene de nuevo su gran− Soy el demonio belcebú, arcángel. Kim Heechul, póstrate ante mi y te daré una muerte lenta.

Niego con la cabeza. Suelto un molesto chasquido de mi lengua y me dirijo a la bodega.

¡Un demonio no iba arruinar mi sorpresa!

−Vete, déjame de molestar.

En cuanto llego a la pequeña bodega me encuentro con esas finas botellas, celebro aplaudiéndome a mi mismo y antes de que pueda tomar la botella de vino veo como la bodega es destruida por el arma de demonio, su gran espada había acabado cada botella de mi amado y en mi cabeza se repiten las palabras tranquilizadoras de mi Nam.

−Los elotes, no tienen maíz. −Repito para mismo al mismo tiempo que hago respiraciones− Los elotes, no tienen maíz...

−Pero que adorable arcángel, tus orejas están rojas y piensas que esto es un juego.

−No es un juego, quiero un bebe y tu no te vas. −Trato de buscar entre los escombros una botella que se haya salvado− Vete, antes de que me moleste de verdad.

−Oh, el querubín se va a molestar. ¡No me hagas reír!

Con una molesta risa del famoso demonio que había creado el Armagedón, algo mi mano agradeciendo que se haya salvado una botella de vino, pero es el fuerte golpe del demonio sobre mi hombro la que me hace abrazar la botella y mi cuerpo atraviese los escombros de mi casa de ensueño.

El calorcito de mis mejillas y el pequeño dolor por el golpe que me había dado me hace ponerme de pie con la botella en la mano en cuanto salgo de la casa dejo la botella en una de las mesitas de la entrada y con una mirada molestas miro al tal Heechul que disfruta aplastando mis flores a su peso.

−Me hiciste enfadar.

−Ay no. ¡Tonto! ¡Eres un maldito tonto!

Esas palabras me hacen recordar esos oscuros días del instituto de ángeles, pero es el aliento que me siempre me daba el chico de tes morena quien me hacía esforzarme.

Mi mano se extiende invocando mi arma, una espada de mango plateado con las iniciales del apellido que comparto con mi espada, con una sonrisa parecida a la de mi mami que fue demonio en tiempos ancestrales, estiro mis alas oscuras para ir con rapidez hacia el demonio que sigue burlándose.

−Siempre le digo a mi esposo que no ponga escudos en casa. ¿Sabes por qué? −Él no contesta esta boca abierta de que este flotando a unos centímetros de su horrorosa cara− Porque los demonios bobitos como tú, son un buen abono.

−Maldito mentiroso.

−Ojalá fuera mentira, cielo. −Doy un vistazo hacia abajo donde los cuerpos descompuestos de demonios descansan debajo de sus piernas− Ahora, te hare picadillo.

El retrocede toma esa espada gigante para intentar cortarme con su filo, mis movimientos son de arriba hacia abajo flotando en el suelo mientras esa sonrisa y mis ojos quieres picotear al demonio que ahora huye despavorido al sentir sus piernas atadas por mi flora.

Los cuerpos bajo la tierra reviven para escucharlos lamentarse, empapados de mis flores y tierra tratan de escalar hacia el cuerpo de demonio, yo rio emocionado pues nunca había visto un demonio así de grandote.

Los puñetazos sobre la tierra hacen que los cuerpos dejen de escalar, pero no es suficiente para que mi magia celestial haga que la tierra se habrá, el pastizal se separa para que la tierra se lo trague lentamente el demonio y con pasos animados ahora tomo mi espalda para apuñalar su cráneo.

−Pico, pico, picotón.

Repito varias veces soltando mi furia con mi espalda, en cuanto el demonio enloquece pidiendo piedras en cada una de mis apuñaladas y su fin llega en cuanto la tierra se lo come por completo. El pasto se cierra y del cuerpo Kim Heechul crecen hermosas margaritas, en cuanto suelto mi arma desaparece, las flores que se encontraban marchitas vuelven a revivir y mi jardín luce aún mejor que antes.

−Awww. Eres un buen abono, pero no mejor como lo era mi madre. −Me pongo de pie para sacudir mi ropa− En cuanto supe que era un demonio intente asesinarla, pero lo único que logre fue uno de sus brazos. Ahora que lo pienso debería visitar ese amigo de mi Nam, ese paladín que tanto me estuvo ocultando. Hm, ya que.

Escucho el ruido crocante de la tierra que esta mas que satisfecha y dando pequeños brincos de emoción espero tener tiempo suficiente para encontrar una carpa para limpiar los pilares rotos en la pared, pero un chillido sal de mi boca al ver a Nam descender del ya oscuro cielo.

− ¡Kim Seok Jin!

Oh, no, luce molesto.

Pero vale la pena al ver a Jungkook y a mi Tae. Mi amigo mitad demonio hace que mis ojos se hagan estrellitas y espero que ahora si acepte jugar conmigo en mi jardín de nuevo, si no fuera por Jungkook probablemente mi jardín gustoso se lo hubiera comido.


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BCSM [👼]KookTae ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora