Capitulo 14

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Kim Taehyung.

Siendo ya el fatídico día para mi no puedo dejar de esperar desesperado en la sala, donde Seok Jin sigue preparando con su magia celestial los últimos toques de mi atuendo, mientras Namjoon y Hoseok miran la televisión en el partido de ángeles que llamo la atención el paladín desde que descubrió el canal equis.

−Taehyung, ven y toma una cerveza. −Pide Namjoon despreocupado− No servirá de nada que te preocupes más, Jungkook esta ocupado con los preparativos.

Desde que había despierto Jungkook se había ido y quien me recibió en el día había sido la pareja de psicópatas, Hoseok llego después de dejar el lote de carne semanal y ahora estaba aquí para ver el juego.

−No me preocupa esa gallina de alas, no que me preocupa es que me deje plantado cual novia de rancho. ¿Qué pasa si me deja solo con esos arcángeles? −Jin toma mi mano para que tome asiento y es el infinito maquillaje lo que menos me preocupa− ¡Lo arruinare y todo será un desastre!

−No seas pesimista, Tae. −Habla Jin aplicando en bellas pinceladas siendo su lienzo personal− Después del entrenamiento que tuvimos estas preparado, todo saldrá bien.

− ¿Entrenamiento? −Pregunta Hoseok curioso− Me causa curiosidad ese entrenamiento para ser ángel. ¿Creen que puedan evangelizarme?

−Para un paladín como tu mi método no funciona −Contesta Jin con un puchero siguiendo con sus pinceladas−, te puedes hacer daño si no tienes alas y no me permite mi papa jugar con seres del infierno.

−Amor, debes de guardarle el secreto a tus padres −Pide de favor Namjoon desde su lugar−, no puedes decirles sobre Taehyung y Hoseok. ¿Está bien?

− ¡Si! −Una sonrisa se le dibuja a Jin y Ahora deja el maquillaje para tomar un cepillo− Ahora de peinare, Taehyung. ¡No sabes la sorpresa que te tengo!

Dejándome mi imagen en las manos de Seok Jin termina de maquillarme y sin dejarme que de un vistazo en el espejo me pide que vaya a cambiarme a mi habitación. Voy para hacerlo y cumpliéndole la promesa a Jin de no verme aun, entre una camisa de holanes y detalles dorados; pantalones ajustados de color blanco espero a que mis alas salgan, importándome menos su color, pues ellos me dijeron que de este color estaban cuando era un querubín.

Un querubín. El recuerdo y sentir mis alas me hacen recordar aquella persona que era mi tutor y odiaba mis alas, no sabía la razón por la que odiaba verlas y el porque decidido arrancármelas, pero lo que me importaba era que ya estaban devuelta.

Estando listo escucho una discusión en la primera planta de mi casa, bajo las escaleras para ver una mala escena, donde un molesto Jungkook se encuentra con su arma celestial, mientras Namjoon se encarga de proteger a nuestro amigo paladín. En cuanto a Jin, interviene corriendo hacia a mi con un grito de emoción al verme.

− ¡Te ves hermoso!

Me vuelvo de repente el centro de atención y sin entender ese rostro sorprendido de Jungkook y las bocas abiertas de mis dos amigos, Seok Jin me conduce haciendo aparecer un gran espejo de mi medida, al ver mi reflejo me veo de la manera que nunca pensé verme. Con ropa clara y a mi medida, contrasta bien con esas largas alas y es tenue el maquillaje que Seok Jin me puso, pero había hecho una maravilla, pero lo que me deja mas asombrado es la sorpresa de Jin, mi cabello es rubio; con pequeñas ondas, brillante como un ángel.

−Wow... −Doy unos pasos atrás y haciendo varios movimientos no me lo creo que sea yo− Vaya, Jin. Hiciste un buen trabajo. ¿De verdad soy yo?

− ¡Claro que sí! −Me hace dar media vuelta a la dirección donde esta Jungkook− ¿Qué opinas arcángel? Luce más que presentable para la fiesta. ¿Verdad?

−Sí, luce en verdad irreconocible. −El pelinegro vestido de traje negro como es costumbre se acerca a mí, rosa las hebras de mi cabello de mi frente para dejar un pequeño espacio− Pero a Taehyung le hace falta una cosa.

Corta la distancia hacia a mi y tomando mis mejillas con sus manos levanta mi rostro, un pequeño toque de sus rosados labios llega a mi frente al igual que esa magia ancestral que me permite que sea mi guardián. Su magia y la suya conectan para sentir de nuevo ese vinculo y como si esa gran sorpresa no fuera suficiente, deja el beso para colgar una cadena dorada que rodea mi cuello, miro hacia abajo el cristal azul.

−Que elegancia la de Francia. −Sujeto el cristal entre mis dedos− ¿Cuánto vale?

−Taehyung.

−Es un collar muy feo, no me gusta. Hm... −Namjoon calla a su pareja cubriendo su boca y en la pequeña pelea le da un beso para que guarde la calma

En la habitación compartimos una risa, de pronto veo a Jungkook pronunciar algunas palabras, lo veo lanzar su arma topando hacia la pared donde Hoseok apenas pudo acercarse a la ventana para huir.

−Ahora. ¿Quieres explicarme que hace paladín en nuestra casa?

− ¡Ya te dije que es mi amigo! No puedes llegar y amenazar a las personas que llegan a esta casa. −Guardo en momento para negar esta pelea y lo tomo de la mano arrastras− ¿Sabes qué? Ya vámonos.

Su arma por arte de magia desaparece, veo a Hoseok despedirse no sin antes desearme suerte y desaparece de nuestro campo de visión, abre la ventana y cual hombre invisible huye del peligro eminente.

− Solo así?

− ¡Si!

El me obedece y vamos hacia la salida, en cuanto la puerta se abre espero el vehículo que nos va a llevar, pero vaya mi sorpresa al ver a la pareja Kim despegar volando prometiéndonos que nos verán dentro del castillo, antes de que pueda llamar a mi transporte Jungkook me alza tomándome entre sus brazos.

−No, no Jungkook.

−Confía en mí.

Sabiendo de ante mano que no va a soltarme, me aferro en su cuello dándole una advertencia de anticipo si intenta atentar contra mi vida como Seok Jin. En cuanto sus alas descienden la sensación extrema cambia a un vuelo tranquilo, me quedo abrazado sintiéndome protegido y pleno al sentir el buen viaje.

−Nada mal, pero tus alas no dejan de cachetearme la cara...

−Aun puedo soltarte.

−Es broma, como los arcángeles se toman todo a pecho.

Lo veo poner sus ojos en blanco y estando cerca de su destino no puedo evitar sentir en mi corazón una ligera preocupación que le oculta a los demás. Por lo que, al llegar en el techo del castillo, se inclina para que vuelva a ponerme de pie, cuanto mis piernas están en el suelo le sonrió, esperando transmitirle confianza.

−Oye, todo saldrá bien. No te defraudare.

Doy un paso y cortando distancia le devuelvo el mismo gesto que cuando estábamos en casa, me pongo de puntillas, mis labios se acercan para no besar su frente o su mejilla, ataco a sus labios dejando un pequeño toque y como si no me importara me adelanto con una sonrisa maléfica.

Al fin lo bese.

−Eso no fue un beso, ángel.

−Oh, cállate.

−Oh, cállate

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BCSM [👼]KookTae ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora