BCSM [👼]KookTae ¡COMPLETO!

Capitulo 26

Fin del flashback.

🍸

Lisa Manoban.

No sabia en que maldito momento había salido de control de las manos de Jungkook.

Los concejales arcángeles se encontraban conteniendo el temporal bucle que recorría una calle completa y el único arcángel que se encontraba libre estaba frente de sus ojos, recibiendo la reprimenda de su vida por dejar que el par de idiotas Kim se encuentren con heridas fatales y no mas importante que el primer arcángel y el querubín se encuentre adentro.

− ¡Lisa Manoban eres un arcángel irresponsable! −Exclama Sen Jeon y teniendo el concejo, incluso mi padre de su parte− ¡Era tu responsabilidad estar junto Jungkook! ¡Es tu responsabilidad brindarles apoyo a tus compañeros arcángeles! ¡Y no más importante! ¡Proteger al querubín de los arcángeles!

Ya me había acostumbrado a recibir este tipo de reprimendas todo el día por los mayores, solo con la diferencia de que no recibía los mandatos de Jeon Jungkook y las quejas de mis dos compañeros. El papeleo de mis manos lleno de runas de protección que me pidieron durante mi descanso sin interés lo dejo en las manos de Sen Jeon.

−Hija. ¿A dónde crees que vas?

−Voy a cenar algo, ya que desde que llegue a mi oficina no he tenido tiempo de comer como se debe. −Din más me deshago del saco con mi emblema de arcángel y le hago entrega a mi padre− Lo siento, no puedo seguir sirviendo para todos ustedes. Renuncio.

− ¡Que acabas de decir Lisa Manoban!

− ¡Que ya no seguiré siendo su maldita esclava! −Exclamo sin saber de dónde saque la fuerza− ¿Creen que mi trabajo es fácil? ¡Entonces háganlo ustedes! ¡RENUNCIO! ¡ADIOS! ¡Me largo!

Me doy la vuelta y no dudando que se quedaran sin palabras me voy andando con ese hueco en mi estomago y con las ganas de no querer existir más. En cuanto salgo fuera del campo de batalla de repente pasa de mi el arrepentimiento, llego sin ver en uno de los locales de comida de la zona y tomo asiento, veo en el menú que me entrega el cajero que estoy en una carnicería.

−Demonios. −Suelto la carta de precios para poner mis manos en la cara con unas intensas ganas de llorar y arrepentirme por lo que hice− ¿Qué hice?

−No te ves nada bien para ser un ángel, pensé que todos los seres alados estaban hechos para ser felices.

Dejo de cubrir mis ojos para encontrarme con ese maldito paladín, pero me da igual sabiendo que ahora mi futuro no tiene sentido, después de esto no me queda nada mas que volver a casa y gastar el resto del día para pensar en una disculpa para mañana y recuperar mi empleo.

−Solo dame una chuleta de cerdo y menudencia. −Ordeno tomando asiento en la barra donde la carne sigue en presentación y el pelirrojo sonríe− Y lamento decepcionarte... No todos los ángeles son felices.

− ¿Ah no? Lo que ordenaste parece más para una cita.

−La chuleta es para mi y la menudencia es para mi gato. −Algo perdido recargo mi brazo en la barra y dejo mi cabeza caer en mi mano− ¿Qué hay de ti? Parece que tuviste mejor suerte, hasta hora creo que ser una maldición no es difícil.

−Ser una maldición no es nada fácil, chica. −Me contradice mientras corta en rodajas las carnes− Tengo un jefe gritándome lo que debo hacer, compañeros que solo molestan mi existencia y una pequeña maldición alada que me hace la vida imposible.

−Te entiendo, yo estaba pasando por esa misma situación. −Sin evitarlo bromeo− Deberías renunciar como yo.

−Ojalá pudiera, necesito a un maldito arcángel para que me purifique y no estoy tan desesperado para transformarme en un ser alado como tú, después de lo que dijiste.