La chamba dental

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Y ahí estamos, Leila-Sue y yo, caminando por el extrañamente largo pasillo mientras la tenue linterna de mi teléfono plegable de la era MySpace ilumina el camino.

Honestamente no sé por qué no esperamos en la entrada o llamamos a la policía. Solo hay un pasillo largo que conduce a la nada hasta donde puedo ver. Uno pensaría que un culto secreto empeñado en crear una piedra capaz de modificar la realidad como la conocemos tendría un mayor sentido de la decoración. Los últimos ocultistas a los que me enfrenté estaban realmente interesados ​​en Vaporwave. ¡Eso es tener estilo!

Después de caminar un rato en absoluto silencio, a lo que me refiero que ignoro a Leila-Sue susurrando profecías antiguas y estúpidas, llegamos al final del pasillo. Hay solo una puerta al final del pasillo. Muy buena puerta, hecha de Caoba. Caro, si lo digo yo mismo. Quizás ahí fue donde se fue todo el presupuesto de decoración.

—Ahí —dice Leila-Sue—. Seguro están justo detrás de esa puerta.

—Gracias por señalar lo obvio —casi digo, pero eso es lo que diría un chico malo. Le doy una palmada en la cabeza en solidaridad y giro el pomo de la puerta.

Lo que estaba detrás es algo que nunca hubiera esperado.

Eran Jungkook y Harry, ambos vestidos de pies a cabeza con uniformes de dentista, con sombrero y todo. Un solo sillón de dentista yace en el medio de la habitación junto con otros equipos eléctricos que se ven dolorosos y sádicos. Típico de dentistas

¿Y en la esquina, leyendo una revista de Teen Vogue y sentado con todo el estilo de una drag queen a punto de ser cazado en una película de horror barata? Adivina.

"¿qué mierda, pedrito? ¿por qué tardaste tanto?" pregunta Brayden, dejando la revista a un lado. "oh, si no es ayden mcpapi. que sorpresa verte aquí. ¿por casualidad no has visto un niño sangrando por la boca?".

—Oye, ¿hermano? ¿Qué carajos? —pregunto. Quiero decir, esto es totalmente la estética de Brayden, todo estéril y holgado y amenazante, pero dudo que haya consentido en instalar una puerta de caoba, con sus principios ambientalistas y todo.

"más despacio, papi. ¿quién es ese bombóncito detrás de ti?".

Leila-Sue, en lugar de ser una buena chica y responder la pregunta de manera concisa, saca una navaja que blande como alguien que ha sido educado en casa toda su vida. Ósea, mal. Muy, muy mal.

—Mi nombre es Leila-Sue Higgins, mataste a mis padres, prepárate para morir —dice, lanzándose hacia Brayden.

Lo que no sabe es que Brayden es, quizás, la persona más protegida de todo Valle Montañoso Nortesur. Ni siquiera da dos pasos cuando Jungkook y Harry están encima de ella, inyectando su cuello con una especie de líquido, y buenas noches. Le toma un segundo dejar caer el cuchillo y otro para que se quede dormida.

"que mala educación", susurra Brayden, caminando hacia nosotros.

—Para ser honesto, ella cree que eres parte de una secta que asesinó a su familia a sangre fría.

"vaya. ¿qué le dio esa idea?".

—Dice el hombre en un sótano húmedo, con olor a sangre, y con matones vestidos con máscaras quirúrgicas —señalo—. ¿Qué santa macarena estás haciendo aquí abajo? ¿Qué son todas estas mierdas?

Justo en ese momento entro a la habitación el niño de la boca sangrienta. No dijo nada, ni siquiera menciono a Leila-Sue tirada en el piso, sino que camino directo a la silla donde Jungkook lo ayudo a sentarse.

"me alegra que hayas preguntarte", dice Brayden, sacándose el pelo de los ojos de esa manera sexy de perro convulsionando, "sabes que soy, tipo, un millonario, ¿si?".

—Continúa —le digo, mirando cómo los dedos de salchicha de Harry se meten dentro de la boca del niño.

"pero ese es dinero de papi. dinero ensangrentado. no quiero dinero ensangrentado", dice.

La loca cantidad de sangre que he visto hoy me dice lo contrario.

"entonces, tipo, tuve una idea de una nueva chamba. una chamba legal, fíjate. ósea, creo que es legal. tipo, no puedes encontrar que es ilegal en ninguna partes".

—Hay un hombre metiendo su mano en la boca de un niño —digo—. Eso parece ilegal.

"mira, ya sabes cómo los niños tienen estos dientes falsos de leche, ¿verdad? se caen solos y vaina. en lugar de tirarlos, les digo a estos niños que vengan a mí, y pago un buen dinero para que los ayudemos a conseguir esas perlitas. y, por supuesto, nos quedamos con los dientes ".

Para acentuar la idea, Harry levanta un diente y deja escapar un gruñido triunfal. Ya veo por dónde van los tiros.

—Y déjame adivinar, ¿pones los dientes debajo de las almohadas de los niños en los vecindarios de altos ingresos y luego recolectas el dinero? —pregunto—. Southpark lo hizo primero.

Brayden mira de izquierda a derecha, como si alguien estuviera al acecho en las sombras. "coye, no. eso es una mierda de poca monta. estoy acumulando una enorme pila de dientes, tipo, algo demasiado grande para ignorar, y prepararé una trampa para el hada de los dientes. el nombre del juego es 'ultimate fighting championship', como la ufc, pero con seres mágicos. cobraremos una enorme tarifa de ppv para hacer que el hada de los dientes le dé una paliza a papa noel, y nos hacemos un buen cobre. brillante, ¿no?"

A veces olvido que este hombre es un idiota.

—Pero espera —digo—. ¿No había un montón de ocultistas aquí abajo?

—oh, eso es lo que eran? —dice Brayden, tomando la revista otra vez y leyéndola en vez de verme la cara—. realmente pensé que eran como maniquíes posmodernistas. están en la esquina.

He aquí que están en la esquina, todos vistiendo túnicas de seda muy caras. Lástima que están empapados en sangre y amontonados uno tras otro. Sí, todos los ocultistas están amontonados en una esquina y bastante muertos.

—Fuiste tú el que...

"diablos no", interrumpe. "no sé qué pasó. han estado aquí desde la mañana. pero mira el lado positivo: encontré esta increíble roca".

En su mano hay una roca roja, casi un guijarro, roja como la sangre más roja, y pulsando con una consistencia casi carnosa.

"lo agregaré a mi pila de rocas", dice. "ahora, ¿por qué no sacamos a esta chica de aquí antes de que alguien se entere?"

Finalmente, una salida de esta trama peligrosa.

Pero, aun así, algo se siente mal. Aún más mal de lo normal, por supuesto. Siento una corriente de aire detrás de mí, como si la puerta de LaCroix estuviera abierta.

¿Y qué veo cuando me doy la vuelta?

La esbelta pero voluptuosa figura de Lee Vázquez, de brazos cruzados, con la directora Caradura detrás de ella.

Odio los jueves.

Bad Boys, Soft Boys, y Otros Descorazonados - El Paquete CompletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora