—Entonces, ¿qué dices, mi amigo? ¿No te atreves a jugar conmigo? —dice el hombre con una voz más propia de un bufón de corte real que de un estudiante de secundaria. Debe ser uno de esos raritos que hacen teatro. Esos siempre están tramando cosas raras. O tal vez un otaku.
—No tengo idea de qué carajos estás hablando —le digo. Mi anito está picando en previsión de ser limpiado. ¿Estas entretenidx, queridx lectorx? No ofrecemos nada más que contenido de alta calidad para usted—. Mira, si tienes papel, ¿puedes dejar de hablar como personaje de televisión infantil y darme un poco?
El hombre del puesto de al lado me suelta una risita tonta de anime, algo así como "fufufu" o alguna mierda de otaku, confirmando que él es, como dije anteriormente, un otaku. El peor tipo de chicos. El bad boy que hay en mí quiere darle un calzón chino y mojarle la cabeza en el inodoro. Pero algo dentro de mí también piensa que esto le daria una erección. Una vez más, los otakus son raros.
—¿Podría? Sí, sí que podría. Pero en eso ninguna diversion habria. ¿no sería más divertido tener una apuesta malévola en su lugar? Un poco de ingenio, todo o nada, por el papel para el culo enjuagar?
—Háblame en cristiano, otaku mal bañado —le digo—. Si quieres hablar conmigo, habla como una persona normal y temerosa de Dios. Y date prisa. Mi mierda se está secando y no quiero humedecer papel higiénico barato de una sola capa para improvisar una toallita húmeda.
Voy a pedirle a Brayden que me de de su merca premium. Sé que su familia tiene algo de ese mítico papel de 5 capas. Se siente como limpiar tu trasero con una almohada.
—Mi amigo, te aseguro, que midialecto es de lo mas puro. Lo que estoy tratando decir es que tampoco tengo mucho papel de sirulo. ¡No lo suficiente para compartir, eso si! —dice el hombre, seguido de otro extraño ataque de risa.
Vale, tampoco tiene mucho papel higiénico. Bien, supongo que usaré uno de mis calcetines de algodón. No es la primera vez que uso un calcetín para limpiar un poco de líquido corporal.
Estoy hablando de sangre. Marrano.
Justo cuando estoy a punto de quitarme el calcetín y darles a todos una dulce descripción de mis pies, el chico habla, gesticulando salvajemente desde debajo del puesto. —No desperdicies tus preciosos calcetines. No hay necesidad de tanto hostigue. Si quieres mi papel, puedes conseguirlo. Con una buena apuesta, por así decirlo.
—Prefiero usar mi calcetín, gracias —le digo. Si puedes sacar algo de este capítulo, es que nunca debes confiar en las personas que tienen una cuenta de correo @yahoo, solo agregan mostaza a sus perritos calientes, o otakus mal bañados. Todos están tratando de engañarte y te destruirán a ti y a todo lo que representas apenas tengan el chance.
—Es un juego simple, de verdad —dice el chico, seguido de otra risa siniestra que me dice que es cualquier cosa menos simple. Sus manos desaparecen por un segundo, solo para reaparecer unos segundos con lo que parece una daga. Tras una inspección más cercana, puedo decir con seguridad que es, de hecho, una daga. Un estilete, para ser precisos. ¿Qué mierda? Sé que esto es una escuela pública, pero maldita sea. Ni siquiera puedes cagar en paz sin que te metan un cuchillazo. En el lado positivo, si estás aterrorizado por los cuchillos, como yo, el mejor lugar para decir que estás aterrorizado es mientras estás sentado en un baño, ya que te puedes cagar encima sin consecuencia alguna. Malditos otakus y sus extravagantes armas homicidas.
—Bro, ¿qué carajos? ¡Guarda esa mierda!
Su otra mano aparece, esta vez sosteniendo una bola de papel higiénico de una sola capa, apenas lo suficiente para limpiar una nalga y media. No estaba mintiendo cuando dijo que no había suficiente. —El juego es simple, realmente. Tengo en mi mano el papel suficiente. Con mi daga, RompeMundos, nos turnaremos para apuñalar la bola. Entre mas papel apuñalemos, mas papel ganaremos para nuestra cola. ¡Puedes ser cauteloso y solo apuñalar un par de hojas, o volverte loco e intentar apuñalarlas todas! Sin embargo, ten cuidado de no ir hasta el final... porque la mano debe sostener la bola sin chistar!
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Bad Boys, Soft Boys, y Otros Descorazonados - El Paquete Completo
RomanceCuatro bad boys, Ayden, Hayden, Brayden y Okayden, intentan formar un club escolar para aprender a luchar contra sus instintos de bad boy, o sucumbir a los clichés en el intento. ******* C...