El Laberinto Divergente Del Hambre ~ Parte 1

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Es en este momento que el sonido de una trompeta hace temblar el aire en Sol#. ¿O tal vez es un La bemol? Debería haber prestado más atención en la clase de música. Por otra parte, habría sido barrido por algún maldito club de canto a la Glee si tuviera un mínimo de respeto por cualquier cosa por encima de una escala de Dorian. Me uniría a un maldito club Modelo ONU antes de eso.

El sonido de la trompeta es seguido por la campana cantarina de un reloj de pie en la esquina, el único mueble que queda en la habitación, además de la silla baja. Esto, sin embargo, no dura mucho, ya que los hombres cerdo se llevan el reloj afuera mientras sonaba su triste melodía por última vez. Pero vislumbro la hora a medida que pasa y...

¿12:00 en punto? No, eso no puede ser correcto. Las clases ni siquiera habían comenzado cuando partimos. Y ha sido como una hora como máximo de caminar y conocer historias de fondo inútiles de pelirrojos random. Saco mi teléfono plegable, por supuesto, abriéndolo como un delincuente con una navaja en un callejón oscuro, y puedo confirmar que, de hecho, son las 12:00 en punto... A.M.

A.M como, en medio de la maldita noche.

Me levanto del abrazo hippy grupal que estamos haciendo y salgo corriendo. Es difícil ver a través del espeso dosel de árboles y arbustos que forman un techo falso en el bosque, pero efectivamente, hay una luna en forma de luna en el cielo. Esta luna es, como me lo temí, hecha de luna.

—Qué mierda —es todo lo que puedo susurrar. Vuelvo adentro, medio girando entre el grupo cantando kumbaya y la puerta, pensando cuidadosamente si estoy teniendo un derrame cerebral, o peor aún, una embolia, el bad boy de los derrames cerebrales, pero decido correr el riesgo—. Cariño, ¿puedes decirme qué hora es?

Hayden me mira desconcertado y preocupado, como un hombre sin embolia vería a un hombre con embolia, y saca su teléfono inteligente. Me arriesgaré y diré que no estoy teniendo un derrame cerebral, solo un caso leve de afasia, en el mejor de los casos, porque la cara de Hayden me dice que no estoy viendo cosas.

—¿Es media noche? —dice Hayden con perplejidad—. Espera, no. Esto no puede estar bien.

Brayden saca su teléfono y emite un fuerte sonido de jadeo. "mierdacion, son las 21:00. pensé que los días solo tenían doce horas y mierda."

—Tienen mucho más que eso —dice Hayden, mirando el teléfono de Brayden—. Dice ahí que son las 12:00.

"ah, verga, eso debe ser esa problemita con los números que tengo que me hacen llorar cuando intento sumar. es como, dislexia, pero con números."

—Eso sería discalculia, hermano.

"y también tengo dislexia normal y dislexia cromática."

—Eso se llama daltonismo —le digo.

"no, los dalmatas son blanco y negro. imposible que me confunda."

¿Sabes que? Esto es como intentar enseñarle a un mono a programar en C++. Tendrías suerte si logra programar una calculadora.

(Nota: el autor, una vez más, no tiene idea de lo que eso significa. Nuevamente, no le importa investigarlo, y cualquier intento de enseñarle en los comentarios resultaría en el autor riendose de dicha persona).

Eh... okay, esto es raro. Ahí está esa cosa de nota de autor otra vez. Esta es la segunda vez que sucede una nota de este tipo. Al principio pensé que era mi mente tratando de racionalizar las cosas en un formato de libro, como hace todo bad boy. Pero, sé cómo programar en C++. Voy a ser un representante de servicio al cliente un día, tengo que programar scripts mediocres para automatizar las cosas.

Pongamos un alfiler en eso y lidiemos con eso más tarde. Primero, lo de ser medianoche. Quiero preguntarle a Okayden al respecto, pero nos interrumpe Trevor el Hombre-hombre que entra con el BL a cuestas.

Bad Boys, Soft Boys, y Otros Descorazonados - El Paquete CompletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora