Bad Boys, Soft Boys, y Otros Descorazonados - El Paquete Completo

La pijamada infernal ~ Part deux

Esperamos en la oficina del consejero vocacional, la cual que me han dicho que ha estado vacía durante años, pero como todo el mundo quiere ser tiktoker, youtuber, o tener un sugar daddy, nadie ha ido a visitarlo y aún no se ha notado que no hay nadie ahí. Nos metemos por la rejilla de ventilación tan pronto como podemos.

Bueno, Brayden y yo entramos. Hayden es tan grande que no puede entrar. Solo puede meter el torso mientras tiene las piernas colgando afuera, preparado para ser mordisqueado por un demonio errante. Pero eso es lo que se merece por ser una perra cabezona, y él lo sabe. Puedo ver el miedo en sus ojos.

"este lugar es un agujero", dice Brayden, pateando la bolsa de ropa interior que uso como almohada. Y sí, antes de que preguntes, la bolsa está hecha de piel. "ni siquiera hay un yacuci. llacuci. como sea que se escriba o diga".

—Y-y-yo creo que es bastante acogedor, bro —dice Hayden, o, mejor dicho, vibra Hayden. Está temblando como una hoja grande y carnosa—. Huele bien también.

—Gracias, es mi sudor —digo.

Brayden, siendo el más pequeño y, por tanto, el que tiene más espacio, se tira boca abajo sobre la almohada, moviendo las piernas hacia delante y hacia atrás como un colegial enamorado. No hay nada extraño allí, además de usar mis interiores como cojín. "huele a versace. ricolico".

Me siento entre él y Hayden. Hace calor aquí. —¿Estás bien, Hayden? Te ves un poco pálido.

—Y-yo estoy bien, b-bro —balbucea, ahora temblando tan fuerte que todo el respiradero temblaba con nosotros—. Yo, ya sabes, no soy bueno con lugares estrechos, y este es un hoyo bastante estrecho. Soy un chico grande. Me gustan los hoyos grandes, ya sabes.

—Man, ¿acaso piensas antes de hablar? —digo.

"no tiene sentido de la autoconciencia", dice Brayden, tratando de esponjar mi ropa interior de algodón. "pregúntale cómo elige la mejor salchicha para un hot dog. te reto".

Hayden entra en un frenesí casi de inmediato. No queda rastro de miedo o vacilación en su voz ahora. —¡ay no, esto otra vez no! Te dije que me tomo a las longanizas muy en serio. La salchicha tiene que ser larga, pero delgada, para que pueda caber en tu boca. Ligeramente salada, con una punta redondeada y muy gruesa. ¿Qué tiene de malo querer tragarse un buen trozo de carne?

Tiene que estar haciendo esto a propósito.

—No importa —interrumpo antes de que esta pijamada platónica se convierta en algo que no puedo decir porque hay niños presentes—. Entonces, Brayden.

"epale", dice sin chistar.

—Eres el experto en fiestas de pijamas. ¿Qué hacemos ahora?

"no tomar un baño, aparentemente", se burla.

—Vamos, bro —dice Hayden—, no critiques el estrecho agujero de Ayden. Mira que huele divino.

Y esa es la peor frase de la noche, amigos.

Un sonido atraviesa la conversación como un cuchillo caliente contra una mantequilla aún más caliente, las cuales son cosas que realmente no quieres tener a mano. Plantea más preguntas que respuestas. También es muy difícil de untar.

El sonido es uno con el que estoy muy familiarizado, ya que lo he estado escuchando desde que hice de esta ventilación un hogar. —No se preocupen. Esa es solo una familia de mapaches que vive más allá.

—¿Mapaches? —dice Hayden. O mejor dicho, chilla—. ¡¿Son peligrosos?! ¿No tienen, como, rabia y mierda?

"los mapaches son los trabajadores sanitarios del mundo animal, idiota", repite Brayden. "te aseguro que son más limpios que tú".