Capítulo 4.

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Aprender a quererte.

Capítulo 4.

6 de Diciembre, 2021.

Miro nervioso el enorme reloj de mi muñeca. El tic en mi pierna hace que la mueva desde arriba hasta abajo sin darme apenas cuenta.
Suspiro mientras espero a que Aurora salga del baño.
Hemos decidido vivir juntos, y ella tiene que ir a su piso a recoger las cosas que tiene allí.

-¿Comemos juntos? No creo que tarde mucho en recogerlo todo. -Muerdo mi labio por dentro de la boca, tratando de no mostrar los nervios que me recorren.-
-No puedo, voy a ir a dejar currículum por bares y demás. -Alzo la pequeña montaña de hojas que tengo apiladas sobre la mesa.-
-Te acompaño.
-Es algo aburrido. -Me levanto, cogiendo los papeles.- Nos vemos después, ¿vale?

Le doy un beso corto en sus labios y casi salgo del piso corriendo.
Dejo escapar el aire de mis pulmones cuando cierro la puerta detrás de mí.
Miro los currículum que llevo en la mano derecha, voy a dejarlos lo más rápido posible, porque mi propósito de esta tarde es otro.

Bajo las escaleras con una sonrisa, pensando en que hoy puede ser un buen día.
Una punzada se me encoge en el estómago, me siento mal por haberle mentido en cierta forma a Aurora.

Voy a ir a dejar los currículum a los bares cercanos, a supermercados, a cualquier sitio que quiera cogerlo. Pero también tengo planeado un día con Eva.
Abro en el teléfono el archivo con las dos entradas para el parque de atracciones. Estoy decidido a llevarla allí, a que la cero visión de sus ojos no sean un impedimento para que haga las cosas que seguramente antes hacía.

Recuerdo como me contó que antes hacía natación sincronizada, como le gustaba hacer aquello. Su sonrisa era permanente en sus labios e incluso sus ojos brillaron.

"-Cuando era pequeña hacía natación sincronizada. -Su sonrisa hace que no pueda dejar de mirarla.-
-¿Lo echas de menos?
-Echo de menos meterme a una piscina y no tener miedo de soltarme de la persona que vaya conmigo. Es... -Hace una pausa en la que coge aire, encoge los hombros y parece como si la pinchasen con una aguja y se desinflase.- Es una mierda no tener la independencia que tenía antes. No quiero depender de nadie el resto de mi vida Hugo.
-No sé mucho de este tema, pero puede que haya cosas que te ayuden a no depender de nadie. -Me atrevo a coger sus manos, a entrelazar sus dedos con los míos. Un gesto que simplemente intenta decirle que estoy aquí para lo que quiera, para lo que necesite.-
-Prefiero no hablar de eso."

Sentí sus ganas de poder ver, de volver a ser esa Eva que tiene guardada en un cajón bajo llave, esa Eva que no conozco. Esa que parece tan lejana como inalcanzable.

Pude ver como sus dedos apretaban los míos cuando me contaba algo que hacía antes.
Como su sonrisa iluminaba hasta el más oscuro rincón de lo que ahora parecía ser su vida.
Como sus ojos tenían el reflejo de recuperar esa luz que nunca debieron perder.

Me entretengo unos pocos minutos en cada local que veo abierto para dejar mi currículum y camino con prisa, con nervios, hasta el hotel.

Suspiro al pararme frente a la entrada, mirando esas puertas, esas paredes, ese edificio en el que está ella, ajena a todo lo que mi cabeza ha pensado para el día de hoy.

"-¿A quién buscas? -Me giro hacia la derecha, un poco asustado al no esperar a Carlos ahí. Mi mirada se había quedado fija en la entrada.-
-¿Qué dices?
-No dejas de mirar hacia allí. ¿A quién estás esperando Hugo? -Me sonríe sabiendo él mismo la respuesta.- Déjame adivinar.
-No seas cabrón. -Le tiro el trapo que tengo en la mano e impacto en su cara.- Tengo novia.
-Eso no es un impedimento para que esa chica bajita de ojos azules te traiga loco.

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