Capítulo 28.

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Aprender a quererte.

Capítulo 28.

23 de Septiembre, 2023.

Miro el mensaje una y otra vez. Y otra. Y otra. Y otra más.
Todavía mi corazón late con fuerza, he tardado cuatro días en atreverme a entrar al chat. Cuatro días en los que la notificación a altas horas de la madrugada llegó a mi teléfono.

Me ha hablado.
Un año y tres meses tarde, pero lo ha hecho.
Y yo ahora no sé qué responderle.
Tampoco sé si espera una respuesta, no tengo claro que se responde a eso.

Mis dedos se deslizan por la pantalla. Casi sin yo poder pensar lo que ellos quieren decir.

"-Un año y tres meses después no puedes decirme esto. No puedes Hugo."

El mensaje se queda escrito sin mandar, esperando a que mi corazón deje de latir tan rápido, esperando a que mi respiración se controle.
¿Es eso lo que quiero decirle?
No lo sé, pero es el mensaje que mando. Es lo que queda escrito en ese chat que nuca pensé usar.

Unos segundos después, Hugo lo ve. Ahora mismo estamos los dos conectados en la misma conversación, detrás de la pantalla.
Suspiro cuando aparece "escribiendo".

¿Va a ser este el inicio de una conversación que tenemos pendiente desde hace un año y tres meses?

¿Era tan fácil como mandar un mensaje para que nos contestemos?

"-Lo siento. Estaba borracho y acababa de salir de casa de una chica. No lo mandé queriendo, aunque todo es verdad."

Me agarro a ese "todo es verdad." Lo hago para no decirle que es un cabrón, que con solo dos frases no siento hablar con el chico que conocí, que me hizo llegar a las estrellas y salir de esta puta galaxia solo con sus besos, con sus sonrisas y su presencia.

"-No vuelvas a escribirme así. Por favor."

"-Al menos asi, pude mandar el mensaje. Lo siento, otra vez."

Niego con la cabeza, casi puedo leerlo con su voz con ese recuerdo lejano que es su voz. Me encantaría volver a escucharlo, saber que de verdad es él quien está mirando la misma pantalla de chat que yo en algún lugar del mundo.

Yo, encerrada en la habitación del hotel donde nos conocimos. Vine aquí como si eso fuese a juntarnos de alguna forma.
Idiota de mí.

Él, a saber donde. Quizá en la playa, quizá en alguna habitación de otra ciudad, o quizá a unos metros de mí.

Mis dedos se mueven nerviosos, esperando para poder darle una respuesta, para no dejar que ese mensaje sea el último entre los dos.

"-¿Cómo estás?"

Lo ve al momento, y su respuesta tarda en llegar, tarda tanto que no llega.
Suspiro, pensando en que no tenía que haberle preguntado. Quizá solo buscar seguir alejado de mí.

La pantalla se ilumina y el teléfono comienza a vibrar sin cesar. No tengo el teléfono que me está llamando entre mis contactos.
Espero unos segundos antes de decir descolgar, saber quién es.

-Quiero verte.

Es él, su voz. Es Hugo. Me quedo paralizada, borramos los números, lo hicimos para evitar llamar al otro en las noches en las que tanto nos íbamos a extrañar. Nos borramos de la vida del otro, yo vi como él eliminaba mi contacto. La rabia, la impotencia por su "Quiero verte", me hace cerrar la boca para pensar en lo que voy a decir. Para no seguir mi impulso de reprocharle, aunque acabaré cediendo.

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