Aprender a quererte

Capítulo 31.

Aprender a quererte.

Capítulo 31.

25 de Septiembre, 2023.

Miro el reloj en la pantalla de mi teléfono, son las 5:32h de la mañana. Por la ventana aun no entra ningún rayo de sol, todo sigue oscuro, la noche sigue en lo más alto del cielo.

Giro la cabeza para observar como a mi lado, Eva sigue durmiendo. Me acomodo un poco más para quedarme unos segundos contemplando casi sin luz su rostro.
Las líneas de su cara están muy suavizadas, sus ojos permanecen cerrados, sus labios un poco entreabiertos.

Me encantaría poder besarlos, una vez más. Una última vez que nunca sea la última.
Con cuidado le aparto un mechón de pelo que cae en mitad de su nariz.

¿Cómo puedo recuperar todo lo que perdí aquel día en la estación de tren?

Le dije que se fuera cuando solo quería que viniese conmigo.
Y se perdió entre la gente con esa maleta en la que traía su ropa, su ilusión por un futuro juntos.

Y ahora está aquí, en Córdoba, en mi habitación, durmiendo a mi lado. Y está aquí porque ha sido ella quien ha dado el paso de no repetir los errores que ya cometimos aquella primera vez.
Porque ha sido ella quien no estaba conforme con esa segunda despedida que tuvimos.
Porque de nuevo ha sido ella quien más a apostado por no separarnos.

Sonrío recordando la cara de mi madre cuando nos vio llegar. Sabía que vendría, la llamé en el tren para que lo supiera. También para decirlo en voz alta y llegar a creérmelo yo mismo.

"Está aquí, ha cambiado la dirección del tren que tenía que coger. En lugar de ir al norte, ha cerrado los ojos y ha cogido el que la lleva al sur.
El tren que la lleva conmigo, que no nos separa.

Miro sus dedos entrelazados con los míos, sigo la línea de su brazo para ver como va concentrada en la pantalla de su teléfono. Yo solo puedo sonreír, hacer eterna esa sonrisa que es imposible que se borre de mis labios.

-¿Por qué has cambiado el billete? -Sus ojos abandonan lo que estuvieran viendo y se dirigen a los míos. Muerde su labio más por nerviosismo o por tratar de buscar las palabras que no destape la mentira de que no es porque no vamos a poder ser solo amigos.-
-Otra despedida, en otra estación de tren. Eso solo podía salir mal, como la primera vez.
-Nunca hemos sido novios. -Es una reflexión en voz alta mientras acaricio en círculos sus dedos que están entrelazados con los míos.-
-No me lo pediste.
-¿Habrías dicho que sí? ¿Aunque no te acordabas de mí?
-Sí, que no me acordase de ti no significaba que no fuera capaz de sentir todo contigo.

Quizá he sido un estúpido, quizá no todo era tan difícil como en mi cabeza parecía ser.
Yo solo me perdí pensando que teníamos que alejarnos, que era lo mejor para los dos.
Y ya no estoy seguro de que eso sea así, de que separarme un año y tres meses de ella fuese lo mejor podría haber hecho.

-Fui un estúpido ¿no? -Eva se encoge de brazos, acercándose lo suficiente a mi para dejar un beso en la piel de mi mejilla.-
-Quizá tenía que pasar."