Capítulo 5.

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Aprender a quererte.

Capítulo 5.

6 de Diciembre, 2021.

Después de escuchar esa voz, dejo de sentir la piel de Hugo rozando la mía.
El agua se mueve a mi alrededor y entiendo que es el cuerpo del chico saliendo del agua.

Lejos de sentir miedo, de aterrorizarme por estar sola en medio de una piscina sin poder ver, mis pies tocan el suelo y me concentro en escuchar las dos únicas voces que ahora hablan cada vez más alto en este espacio.

-¿Qué quieres que piense? Me dijiste que ibas a echar currículum.
-Y lo he hecho.
-Claro, y después no sabes como has llegado a esa piscina con aquella chica.

La voz de la mujer es cada vez más alta, más irritante para mis oídos. Puedo notar como en su voz hay matices de celos, de enfado, desconfianza y hasta frustración.
No tardo en imaginar que es la novia de Hugo.

Me siento mal, porque están discutiendo por mí, por mi culpa.
Suspiro, me desplazo por el agua hasta que mi mano toca lo que parece el borde de la piscina.
Simplemente me quedo ahí, esperando, escuchando algo que quizá no debería escuchar.

-Es solo una amiga Aurora.
-¿Y por qué no me dijiste nada?
-Porque te habrías puesto así. Esto es lo que quería evitar, no quiero más discusiones, estoy cansado.

En la voz se le nota ese cansancio que dice, ese que hace unos minutos no tenía.
Escucho su suspiro, y juraría que puedo escuchar hasta como su respiración indica que no le gusta esta situación.

-Si es una amiga, podrás presentármela ¿No? -Unos pasos se dirigen hacia mí, mis oídos captan el ruido de unas pisadas que ya me indica que su tono va a ser amable precisamente. Son fuertes, seguras, implacables me atrevería a decir.- Hola, soy Aurora. -Intento con la cabeza adivinar el sitio por el que su voz suena para estar de frente a ella.-
-Encantada, soy Eva. -Sonrío, más por nervios que por el gusto de conocerla.-
-Así que eres amiga de mi novio. -Hace un especial énfasis en las dos últimas palabras. Como si no lo supiera, como si yo me estuviera metiendo en medio de esa relación, como si Hugo fuese algo más que un amigo.-
-Solo lo conozco de hace unos días.
-¿No dirías que es tu amigo?
-Sí, puede ser. -Me encojo de hombros. Pero la chica parece que tiene algo más que decir.-
-¿Podrías mirarme mientras te hablo? No sé, es de buena educación eso.

Me muerdo ambos labios por dentro de la boca. Ojalá pudiera mirarla, verla para terminar de corroborar que no es alguien que deba estar al lado de Hugo.
Su energía, su actitud parece eclipsar a la del chico, porque desde hace unos minutos no noto esa corriente eléctrica que transmite por cada poro de su piel.

Me encanta verla para poder decirle a Hugo que ella no le conviene, que a la vuelta de la esquina habrá alguien que lo quiera mejor.

-Eva no puede ver.
-Ah. -Y de nuevo ese tono que me ha perseguido desde que perdí la visión en aquel accidente. Ese tono de pena, lastima, de "pobrecita". Odio eso.- Bueno, yo me voy. Nos vemos en casa cariño.

Sonrío sarcásticamente al notar em cambio de actitud de la chica.
Antes yo parecía una amenaza para ella, una chica que podría quitarle el novio. Ahora que sabe de mi discapacidad, parece que esa amenaza se ha evaporado, que no hay peligro, que de verdad cree que soy su amiga y que nunca va a haber nada más.

Y no la culpo.
¿Quién va a querer estar con una persona que no ve? ¿Qué está limitada?

Las manos de Hugo sobre mi brazo me asusta apenas unos segundos, estaba tan metida en mis pensamientos que no he sido capaz de adivinar su acercamiento.
De nuevo estamos los dos metidos en el agua.

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