No te muevas, hay un leon a tu lado, ruego para que tu alma sobreviva otro día. Porque en mis sueños habíaángelesdando vueltas, podía ver todo lo que siempre quisiste que fuera, veo océanos en tus ojos y eso me asusta. Así que si los dos nos ahogamos. No tengas miedo, estoy aquí ¿y qué es el miedo? ¿Cuando nadie sabe que es lo siguiente? Estoy asustado, pero no dejaré que eso me afecte.
Jeremy Zucker
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Countess Almina
Mis hermanas entran a la habitación en silencio como si no estuvieran aquí. No un solo sonido en la habitación pues ni corazón tenemos.
—Ese maldito anciano nos llevara a la ruina ¿ya sabes cuáles son sus planes? —. Escucho Alisha decir con mucho enojo.
Siempre fue la más expresiva de las cinco, la gente creía que éramos diez cuando no era así. Las demás solo eran espejos de nosotras.
—Parece que tu odio va más allá de lo de Arthur ¿tal vez su nieta? —. Se ríe Alessa con ironía.
Yo me mantengo en la silla con la copa de sangre en mis manos viendo sus riñas estupidas.
—Esa puta de taberna me las va a pagar. Debí de haberla matado pero Arthur la quiere viva, juro que le arrancare la piel viva y sacará sus ojos de sus cuencas, le daré una muerte lenta—. Jura Alisha.
Cada vez que se habla de ella el odio de Alisha se hace presente. No va a olvidar que una simple humana estuviera tan cercas de matarla. Encontro su corazón, no me explico como sabía nuestro punto ciego. Una simple humana apuntó de matar a una condesa, que deplorable situación y vergonzosa.
—Eres una vergüenza para nosotras Alisha—. Dice Alessa y Alisha parace que va a saltar sobre ella.
—¡Basta! —. Me levanto tomando la palabra antes de que estas dos se maten.
No podemos dejar que las burlas o rencores nos separen. Hemos sobrevivido durante siglos, pasamos tiempos eternos para que nosotras hagamos la guerra.
Las dos guardan silencio como debe ser.
—Estoy harta de sus riñas de todos los días. Alessa deja Alisha en paz, todas nos confiamos por igual, timamos a una humana por su condición, no la creíamos capaz de la gran hazaña que hizo. Encontrar nuestro corazón cuando nosotras creamos ilusiones para que nunca den con ellos, ni el mismo Arthur sabe donde están, pude haber sido yo, Alexa, Anina o tu Alessa—. Digo entra la poca luz que hay por las velas.