DONDE VOY [5] OMEGAVERSE +19

Alta traición

Tu amor me destruirá.

Notre Dame

Advertencias: escena con contenido sexual. Se recomienda discreción y queda bajo su responsabilidad.

Freya G.

Ruedo los ojos al ver al patético macho que está en la sala de mi casa.

Escucho que hace su patético intento de hablar italiano para saludarme y me río al oírlo.

—Sí como hablas italiano eres en la cama eres pésimo —. El se ríe ante mi comentario.

—¿Cómo esta la muñeca más hermosa del mundo—. Me pregunta con una sonrisa lánguida.

Aparece Alexander con amenaza en contra de Pascal.

—Tranquilo Alexander este achincle no me hará daño alguno—. Alexander se marcha y nos deja a solas. —La muñeca más hermosa del mundo no se, pero yo estoy bien ¿qué quieres? Habla.

Tomo mi copa de vino habitual para comenzar a beber. El vino es como un elixir para aquellos que corre sangre azul como en la mía.

—¿No me vas a preguntar como estoy? —. Puedo ver que hay cierto dolor en su mirada.

Siempre he sabido de sus sentimientos por mi, sentimientos que me importan una mierda a decir verdad. Pascal es tan solo un machito más que no me interesa.

—La verdad no me importa como estés Pascal. Con verte me doy cuenta que te va de maravilla, en el palacio, con comodidades, cercas del trono como siempre quisiste es una lástima que seas un bastardo—. Digo con frialdad y le recuerdo su pobre posición en la que esta.

Para el soy inalcanzable, para todos los hombres del mundo soy inalcanzable. Nadie está a la altura de mi esposo.

Nadie como Gabriel Rybak.

—Quería darte el pésame. Lamento lo sucedido a tu esposo y tu hijo. Ahora eres viuda—. Yo me levanto para que el no mire mi dolor.

Es una yaga muy arraigada que esta dentro de mi. Me asomó al gran ventanal y miro el patio verde y lleno de rosas y flores.

—No lo lamentes la que es viuda soy yo y quien perdió un hijo soy yo, no tu. No quiero tu asquerosa lástima Pascal—. Siento como el pone detrás de mi y siento su asquerosa dureza detrás de mi.

Me llena de ira el acoso, odio esto de ser mujer soportar a pendejos como el. Saco el revólver y lo pongo debajo de su barbilla y el se le va toda valentía.

—Tranquila, quería abrazarte huele a tristeza...y

—Cierra la boca asqueroso animal de mierda. No estoy triste. Yo nunca estoy triste y me jode tanto que me toquen sin mi consentimiento y más seres tan desagradables como tu. Apártate—. El retrocede y sienta en el sofá como un perrito obediente.