Viví un tormento

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Si las brujas no pelean, las queman.

American Horror Story

Lee Dong-Jung

La cabaña es enorme, tuve que venir a Bloom Forest para hablar con Joss de unas cosas y de otras importantes. Como demonio he sentido cosas extrañas a mi alrededor puedo sentir la muerte y la desesperación. Algo grande se está acercando, dejando de lado que la gente está perdiendo la razón, hay compras de pánico, gente atemorizada, hospitales llenos de gente con la enfermedad de la peste negra. Le doy un trago a mi coñac, limpio mis labios y saco una de las fotos que tomé en el bosque de Arteaga. Es un coyote con la enfermedad de la peste tengo el presentimiento de que esto ya no solo afecta a los humanos.

Si mis suposiciones son correctas se llevan las de perder, humanos están cayendo como efecto domino y si los sobrenaturales empiezan a caer será mil veces peor.

En el pasado muchos humanos murieron y casi se extinguieron pero el reino sobrenatural lucharon y como a ellos no le afectaba la enfermedad la tenían más fácil pero esta vez parece que sí.

Debo de limpiar mi nombre, debo de enmendarme y redimirme. Es lo que un verdadero hombre hace, se lo debo a Horus aunque no me agrade.

Le debo esto.

Puedo ver mi propio aliento en la habitación, enciendo la calefacción y comienzo a poner leña en la chimenea para que empiece a entrar el calor.

Saco un cigarro y el humo entra a mis pulmones, la ventisca no deja ver nada afuera. Este frío no es normal, nada está siendo normal.

No hay rastro alguno del Sol, solo hay nubes.

[◇◇◇]

—Te dije que no te quería volver a ver, te dije que te apartaras de mi camino y mi vida—. Escucho decir a Horus con dureza.

Yo le extiendo los documentos y evidencias que reuní con pruebas para ella. Tal vez esto salve vidas.

—Lo sé. Pero no puedo dejar que el mundo se vaya a la mierda. Lucharé, necesitas de ayuda—. No voy a desistir.

Horus toma los documentos entre sus manos y me doy cuenta que trae guantes negros, cuando luché contra ella tenía manos duras y maltratadas, no eran las manos de una reina. Los abre y les da una ojeada, después su único ojo se clava en mi.

—La peste negra es un hecho. Nada nuevo, fuera—. Ella me entrega los papeles y da media vuelta para marcharse.

Siento la impotencia venir a mi, me molesta esa perra faceta de superioridad de Horus, si hay algo que repugno son las personas como ella.

—Me necesitas. Soy un elemento importante en la guerra, un demonio—.  Le digo y ella detiene su paso.

Voltea a verme con frialdad, da una sonrisa torcida y veo unos incisos punzocortantes.

—Bien. Si deseas luchar hazlo solo mantente fuera de mi línea—. Tras decir eso ella se marcha de aquí.

Se acerca un guardia y me hace una seña, me voy por voluntad propia antes de que decidan usar la fuerza bruta. Es de día y aún así hay tanto frío alrededor. Este clima no es normal, parece que el invierno está llegando a todas partes, eso me inquieta y mucho.

DONDE VOY [5] OMEGAVERSE +19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora