En los segundos previos a que Álex acepte la videollamada, aprovecha para preguntarse cómo será Óscar.
Si se para a pensarlo, no tiene la menor idea de cómo es la gente con la que Álex se relaciona. Puestos a imaginar, puede que Óscar sea una drag queen que actúa en los cabarets de Malasaña.
O un niño pijo que juega al golf los fines de semana en el Real Club Puerta de Hierro.
O quizá uno de esos adolescentes alternativos que basan su personalidad en escuchar canciones de Arctic Monkeys.
En las horas que han pasado juntos, el único que ha hablado de su círculo cercano ha sido él, y con «círculo cercano» se refiere a cinco alusiones sin contexto a Alicia. ¿Cómo han podido estar tanto tiempo en la misma habitación sin apenas hablar de sus amigos o de sus familias?
Nadie puede negar que todo el asunto de pasar la cuarentena juntos es raro a más no poder, pero eso no quita que, ahora que se están llevando bien —moderadamente bien, al menos— lo lógico sería haber hablado sobre sus vidas.
Pero no ha sido así. Desde que ha entrado en el apartamento de Álex, es como si ambos hubiesen puesto sus vidas en pausa. Como si hubiesen entrado en un espacio temporal distinto, donde no importa qué hiciera cada uno antes de llegar a esa situación. Está empezando a confiar en un desconocido.
«Bueno», piensa, «a no ser que disimule muy bien, creo que ya podemos descartar la teoría de que sea un psicópata».
Pero igualmente le choca.
Tampoco es que estuviera esperando que Álex fuese a su habitación y sacara el álbum de fotos para narrarle su infancia por etapas, pero uno esperaría tener como mínimo la información básica que viene en el DNI. Nombre del padre, nombre de la madre... «No sé, algo de eso».
Por otra parte, se ha dado cuenta de que Álex no habla con mucha gente, al menos a través del teléfono. En todo lo que llevan de día, no le ha visto mirarlo más de tres veces, como si no tuviese contacto con el mundo exterior. Ha tenido que contenerse para no comprobar constantemente los comentarios de Por Casualidad. Le parecía de mala educación estar con el móvil con él cerca.
Más extraño aún es que la única ocasión en la que le ha visto usar el teléfono fue anoche, cuando le escuchó gritando en la terraza de madrugada.
A lo mejor por eso le resulta tan raro procesar que en seguida va a conocer a su mejor amigo. Es la primera vez que le deja entrar en su burbuja social.
—Te has pensado si cogerme la llamada, ¿eh?
La voz que saluda desde el móvil le sobresalta, y tarda unos segundos en entender que le está hablando a Álex y no a él, que está fuera de su campo de visión.
—No sabía que era una emergencia. Si fuese algo urgente, lo normal es que antes me envíes un mensaje en el que ponga «ayuda: asesino en la cocina» o «me están apuntando con una pistola, necesito diez mil euros en efectivo».
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14 días
Romance«De la tragedia a la comedia romántica sólo hay un paso». Lucas intenta mantenerse alejado de todo lo relacionado con el amor. Escribe historias con finales catastróficos para sus parejas y así se convence de que enamorarse no merece la pena. Basta...