Extra #1: Quizá sea su Jesse.

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Aviso: Este capítulo es un extra narrado desde la perspectiva de Álex

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Aviso: Este capítulo es un extra narrado desde la perspectiva de Álex. Equivale al capítulo 1 narrado desde su punto de vista, por lo que no es necesario leerlo para seguir la trama. Si lo prefieres, puedes leerlo tras acabar la novela, leerlo ahora, o no leerlo en absoluto.

—¿Cómo ha ido?

Óscar pronuncia las palabras con prudencia y Álex sabe bien por qué.

Su mejor amigo no aprueba esa cruzada que se ha empeñado en emprender en busca del amor. «La peor idea en el peor momento», cree que fueron sus palabras exactas. Pero en el pack de amigos para siempre viene implícito preguntar por las actividades del día a día, aunque estas incluyan el homicidio o, peor (según Óscar), tener cuatro citas de Tinder en cuatro días. De forma que ahí está, al otro lado de la llamada, preguntando qué tal la comida con el chico de hoy.

El chico en cuestión, por cierto, se llama Lucas.

Como siempre, antes de ir al restaurante le había mandado a Óscar un breve resumen con la información básica del chaval. No obstante, esta vez no había sabido decirle mucho, porque no era una cita normal. No fue el típico caso de hacer match con el tío de turno, mantener una conversación y quedar.

—Un desastre —responde Álex—. Pero ya apuntaba maneras desde el principio; o sea, ¿qué clase de persona pone en su perfil de Tinder una frase críptica y misteriosa sobre lentillas de colores? Tenía que haberme imaginado que nada bueno iba a salir de ahí.

—¿Este es el que te recomendó una amiga suya?

—Sí. Tenía que haber quedado con ella, al menos me dio conversación cuando hablamos. Es la última vez que acepto recomendaciones.

Escucha a Óscar reírse.

—Venga ya, tío, no puedes esperar que todas las citas tengan final feliz. La de ayer salió bastante bien, ¿no?

«En realidad no», piensa. Ayer conoció a Hugo, aunque quizá conocer sea una palabra poco adecuada. A diferencia de otras ocasiones, no quedó en un restaurante y ya de ahí vio adónde se dirigía el encuentro. En cambio, quedaron en la plaza de Sol con la idea de merendar algo, pero acabaron subiendo a su apartamento a los tres minutos. Media hora después ya estaba volviendo a casa, sin mucha más información de la que ya tenía tras varios días chateando con él. Está claro que Hugo y él buscaban cosas distintas.

Claro, que no le lleva la contraria a Óscar. Su amigo, que lleva tantos meses que ha perdido la cuenta arrastrándose tras una chica que no merece la pena, debe de considerar cualquier tipo de contacto físico un éxito. Sin embargo, para Álex es distinto. No le basta con eso; necesita algo más.

—No sé —replica—. Te juro que pensaba que esta vez sí podía ser la definitiva. El chico era muy guapo, sus fotos eran las típicas de alguien que cae bien a todo el mundo y su amiga Alicia me lo vendió como la mejor persona del mundo.

14 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora