34 | Quizá deberíamos sacar la nata montada.

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Ya había llegado el día D

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Ya había llegado el día D. El gran día. El domingo de la esperada comida que pondría fin al confinamiento de catorce días requerido por las autoridades sanitarias. Lo primero que habían hecho al levantarse fue coger sus mascarillas y bajar al centro de salud más cercano para que les realizaran un test de antígenos.

—En más o menos veinte minutos recibiréis un SMS con el resultado —les había dicho el enfermero de la bata verde.

De forma que están de vuelta en el sofá, a la espera de que sus teléfonos emitan el pitido de notificación que va a decidir si la comida seguía en pie.

El contacto con el exterior ha sido extraño. Quitando la noche que persiguió a los trabajadores del SUMMA hasta la ambulancia, es la primera vez que ha puesto un pie en la calle, y el sopetón de normalidad ha sido... inesperadamente anormal. Encontrarse con gente que se dirigía a comprar el pan, oficinistas que llegaban tarde al trabajo y niños de camino al colegio es inusual después de haberse pasado dos semanas encerrado con Álex.

—¿Tienes ganas de volver a salir? —pregunta Lucas.

—Por una parte sí, por otra no. —Álex no se piensa la respuesta—. Estar aquí contigo ha sido como unas vacaciones maravillosas que ni siquiera sabía que necesitaba, y creo que no habríamos conseguido conectar tanto en ninguna otra circunstancia.

—Pero... —Adivina que hay un pero.

—Pero echo de menos la libertad de salir cuando quiera, de ir al cine o simplemente perderme por las calles.

A él le pasa lo mismo. Quiere ver a Alicia y que le acompañe a una librería a buscar una novela con sus nuevos gustos literarios. Quizá empezar con algo de romance contemporáneo sea demasiado abrupto, pero no estaría mal leer algo con un final feliz por una ocasión.

Sus móviles vibran a la vez, como si estuvieran conectados.

—¿Estás listo? —le pregunta Álex, sonriente.

Asiente.

—Venga, lo miramos a la vez. Una...

—Dos...

—Y tres... —concluye Lucas.

Ponen los móviles juntos y abren sus respectivos SMS al mismo tiempo. El mensaje de texto empieza igual en ambos, después de identificarlos por su DNI: «La prueba de antígenos de COVID presenta resultado...». Los ojos de Lucas escanean las pantallas a la vez y deja salir el aire al ver «negativo» en las dos.

—Comienza la operación paella de verduras —dice Álex.

—Sigo sin estar convencido. ¿Qué pensarán los valencianos de nosotros?

—¿Tienes alguna sugerencia?

—No, la verdad. Sólo digo que no deberíamos faltar al respeto a nuestra gastronomía... —De pronto tiene una idea—. ¡Espera! Me acabo de dar cuenta de que ni siquiera sabemos qué les gusta de comer, así que a lo mejor hacer un solo plato es arriesgado sea cual sea.

14 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora