YoonGi amaba y adoraba a su grandiosa, extensa y súper normal familia.
Pero existían días en los que a esos ojetes les encantaba sacarlo de sus casillas.
Todo el mundo conocían las estupideces que acontecían a su amorosa familia.
Oh, que estrés era...
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YoonGi no tenía ni idea como era que todos los 10 de mayo, el clima cambiaba radicalmente.
Pues el día anterior estaba lloviendo a más no poder, los huecos de tierra que habían dejado los perros se llenaron con agua, acompañado de algunas tormentas eléctricas.
Ese día, tanto su marido como él y sus hijos habían dormido juntos enrollados entre sábanas en la enorme cama del matrimonio, HyunJin le temía en demasía a las tormentas, por lo que se acurrucó en el pecho de TaeHyung mientras él lo abrazaba.
El cobrizo podría jurar que sentía a su criatura dentro suyo rebotar ante cada rayo que caía cerca, pero muy cerca de su casa.
Fue una noche bastante tensa, inclusive YoonGi se surraba con el pensamiento de que uno de esos rayos pudiese caer en su casa.
Pero, a la mañana siguiente, el día estaba soleado, bonito y con olor a hot cakes.
Pero que bipolar era el clima.
Inclusive Riki/Niki/Kiki había estado tranquilo esa mañana y eso que siempre despertaba a YoonGi con algunos golpes en su abdomen (no era doloroso, pero seguían siendo golpes)
Pero era mejor para él, le gustaba la tranquilidad, nada podía ser mejor en un día como ese. Ningún miembro de su pequeña manada se había despertado, todos parecían seguir durmiendo, a lo que él fue el primero en abrir sus ojos y observar el panorama, encima suyo tenía a un YeonJun que casi babeaba sobre su playera, YeJi estaba hecha ovillo en medio de él y TaeHyung, mientras que HyunJin seguía aferrado a su papa.
Sonrió levemente, todavía era temprano, así que llevó la sábana hasta los hombros de su familia, dejando a YeonJun a lado de su hermana, quien rápidamente se aferró a la menor, dejando rápidos besos en las frentes de sus pequeños y marido, salió de la habitación con una pequeña bata encima, sí, parecía enfermo en la manera con la que salía vestido y sobre todo como caminaba, era como si todo su cuerpo pesará una tonelada.
No hacía tanto frío como de costumbre, era una agradable mañana, caminó hasta el teléfono de la casa para marcarle primeramente a su hermana mayor.
Esperó unos segundos hasta que al otro lado le respondió una voz mucho más aguda e infantil que la de HyunAh.
— ¿Tío Gigi?
— Pequeño patito, ¿Cómo estás? ¿Mi hermana está despierta? — YuNa pareció reír al otro lado, respondiendo rápidamente hacia su tío.
— Sipi, mami ya está despierta junto con papá, estamos bien tío ¿Quieres hablar con ella?.
— Por favor, enana. — escuchó algunos ruidos de fondo, junto a un grito de su sobrina diciendo "¡Mami, Tío Gigi te habla!" a lo que rió con ganas pero deteniéndose al recordar que tenía a un Príncipe Encantador y tres mini Príncipes durmiendo arriba.