Respitaste profundo tratando de calmar tus nervios, diste un paso adelante decidida y con firmeza te presentaste. Por primera vez viste sus ojos, eran grandes y de un celeste tan claro que si seguías mirando podrías ver su alma. Extendiste tu mano con delicadeza, no querías asustarlo.
-Hola Ángel , soy T/N tu nueva tutora- vociferaste de una forma dulce.
-Mmmh... hola- su tímido saludo derritió tu corazón, dando como resultado una cálida sonrisa de tu parte.
Ése pequeño cruce de palabras fue su primera interacción. Ahora te encontrabas conduciendo de camino a su nuevo hogar, un hermoso campo en un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad, tranquilo y sereno justo lo que necesita Ángel después de pasar por tremendo calvario.
Su madre asesino al padre de Ángel después de descubrir una aventura que tenía con su secretaria, también intentó matar a Ángel por su parecido con su papá, pero gracias al cielo no pudo, su amor era más grande que el odio hacia su padre. Su madre fue enviada a prisión con una sentencia de 24 años sin derecho a libertad condicional.
Perdida en tus pensamientos no te diste cuenta de que habían llegado, el lugar era bonito lleno de flores silvestres, hierba buena y árboles grandes. Miraste con una gran sonrisa a Ángel una idea avía pasado por tu cabeza.
-¡Ángel! ¿Te gustaría hacer un columpio en el árbol de allí? - preguntaste como una niña pequeña.
-¿P-puedo tener un columpio? - su tímida pregunta te hizo reír de ternura.
-¡Claro! No es por alardear pero soy muy buena construyendo columpios. - al decir eso Ángel sonrió, eras la primera persona que lo trataba con cariño en mucho tiempo.
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Corrias de un lado a otro preparando el desayuno, llamaste a Ángel para que bajara rápido no podía llegar tarde a su primer día de clases. Tus padres tenían razón cuidar de alguien es bastante difícil, sin duda les ofrecerias una disculpa después.
-Ángel come rápido que llegamos tarde. - le servíste su desayuno y te servíste el tuyo también, comieron rápido tomaron todo y partieron rápidamente a la escuela que por suerte no quedaría tan lejos.
-Recuerda comportarte bien, si alguien desconocido te dice que yo le pedí que te recogiera o tuve un accidente no aceptes y no les creas, si no viene de la palabra de la directora no es verdad, a y no aceptes dulce ni nada de un desconocido ¿si? Bien, suerte. - besaste su frente y dejaste que entrara.
Ángel estaba muy nervioso y no por su primer día en su nueva escuela, si no por el beso en la frente que le diste. Por algo tan simple su corazón palpitaba rápidamente y sus mejillas se tornaron rojas.
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