Tritón x Lectora

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Caminabas sobre la arena de la playa, el oleaje esa noche era peculiarmente tranquilo, la luna brillaba totalmente llena, sentías el fresco viento de la noche chocar con tu piel. Te detuviste frente a un roquerio. Colocandote tus sandalias de nuevo para subir a las rocas y apreciar mejor la luna, trepando con cuidado para no caer o lastimarte.

Ya arriba apreciaste la vacía playa, no había nadie a su alrededor o cerca. Inspiraste profundo disfrutando del olor a mar, disfrutando de tu propia compañía y tranquilidad de estar solo.

Caminaste hasta el borde de las rocas para poder sentarte a descansar, moviste un poco tu vestido y con cuidado te acomodaste dejando tus pies a pocos sentimientos del suave oleaje.

Contemplaste la luna en silencio, deleitandote con su belleza. Bajaste un poco la vista para mirar el mar, estaba tan calmo, el brillo que resplandecía en él reflejando la luna, era muy bello.

Suspirando te quedaste un rato más, buscando con la mirada que contemplar. Escuchaste un estornudo un poco cerca de donde estabas, giraste tu cabeza buscando de donde provino el sonido, dándote cuenta que a pocos metros de ti un joven de tez pálida te observaba con detenimiento.

Preocupada por él le dijiste que se acercarse, el agua a esas horas solía estar muy helada como para nadar sin un traje de buceo. Te sacaste tu abrigo para dárselo en caso de que tuviera frío, pero el muchacho sólo se quedó un poco más cerca de ti, como si tuviera miedo de que le fueras a hacer algo.

- ¡Ven, el agua está muy helada a esta hora, te resfriaras! - le gritaste desde donde estabas, el chico parecía no estar seguro de ir o no, pero poco a poco fue acercándose más hasta llegar a lo más bajo del roquerio en el que te encontrabas.

Bajaste a gran velocidad, y por poco casi te caes de cara a la arena, pero lograste aterrizar bien. Corriste metiendo un poco tus pies en el agua. Estaba tan fría que te dolieron los huesos, pero aún así te adentraste lo suficiente como para ayudarlo a salir.

Estando lo suficientemente cerca te diste cuenta de algo que te dejó en shock. El chico no tenía piernas sino que tenía una cola de pez. Lo mirabas completamente impactada, casi sin poder creer lo que estabas viendo, tanta fue tu sorpresa que no te percataste de la cercanía del muchacho hacia ti.

- Impresionante! - soltaste fascinada.

El muchacho ladeo la cabeza confundido. Agrandó sus ojos violáceos para ver mejor tu rostro. Era tan parecido y a la vez tan diferente al de él. Quería tocarlo. Con cuidado levantó sus finas manos hasta tu rostro, y con el mayor cuidado tocó tus mejillas.

Lo miraste de vuelta, se te hizo curiosa su acción, soltaste una pequeña risa, pero esa pequeña acción pareció asustarlo un poco haciendo que quitara rápidamente su mano.

- Oh! No era mi intención asustarte. Ven, está bien si quieres tocar mi rostro. - Tomaste sus manos para que tocará nuevamente tu rostro. Éste te miraba con un bello destello en sus ojos.

Tocó todo tu rostro, desde tu frente, hasta tus pómulos, nariz, mentón y por último tus labios. Con sus ojos fijos en estos, fue acercando poco a poco su rostro.

No sabías si era por el momento, o quizás sus hermosas facciones, pero aún sin saber por qué, lo besaste. Fue un beso dulce pero a su vez curioso, nada más que un pequeño piquito.

Te separaste sonrojada, lo mirabas sin saber que decir. El muchacho parecía contento, pues tenía una pequeña sonrisa en sus labios.

- Otra vez - te dijo en un suave susurro que te derritió por completo.

Acercaron nuevamente sus rostros, pero esta vez te sentías más nerviosa. Sin esperar más se besaron. El chico posó una de sus manos en tu nuca, buscando que no te separarses de ese beso, mientras que con la otra acariciaba tu mejilla. Él quería que ese beso no terminara nunca.

My First Love ~Yandere Oneshots ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora